El Unicaja puso fin a una racha de tres derrotas seguidas en ACB a costa del Tenerife, que amenazaba el estatus de playoff del cuadro malagueño. La pelea por colarse entre los ochos mejores será titánica hasta el final. Los cajistas cogen aire y mantienen sus esperanzas de luchar por acabar la Liga regular entre los cuatro primeros. De momento, y a expensas de que el Valencia Basket juegue esta tarde en la pista del Gipuzkoa Basket, la desventaja con el equipo naranja es de una victoria.

Comenzó como una apisonadora el Unicaja, avasallando al Tenerife en su canasta y dificultando al máximo cada punto al equipo canario. Reboteaba y corría sin tregua el equipo de Plaza. Brooks, Nedovic y Waczynski mandaban a ambos lados de la pista ante un Tenerife cegado desde el perímetro y los locales alcanzaron el minuto 10 de partido con 13 puntos de ventaja (24-11).

Pero el panorama cambió radicalmente en el segundo acto. Los canarios anotaron cinco puntos de salida y comenzaron a acertar desde el perímetro. Al Unicaja se le bajó la persiana en ataque. El excajista Vasileiadis, Beirán y Rodrigo San Miguel bombardearon la canasta verde y lideraron un parcial 8-20 que lo dejó todo en el aire (32-31 al descanso).

El Unicaja regresó del vestuario con el cuchillo entre los dientes y puso de nuevo tierra de por medio. Esta vez fue Alberto Díaz el que se tiró del carro verde. El base, con diez puntos casi consecutivos, disparó al Unicaja (52-40, minuto 27) a pesar de los intentos de Vasileiadis por mantener a su equipo en el partido a base de triples.

Esta vez el Unicaja sí mantuvo la intensidad y la agresividad y ya no se dejó remontar. Los de Plaza conservaron en torno a los diez puntos de renta hasta el 72-62 final, resultado que deja al Tenerife en la novena posición, a una victoria de los puestos de playoff. Los malagueños, por su parte, siguen apuntando a la cuarta plaza.