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Stevens, Casey, Stotts... ¿quién va a ser el Entrenador del Año?

En torno a una decena de técnicos están haciendo un trabajo excelente y varios de ellos representan candidaturas muy serias a este premio.

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Stevens, Casey, Stotts... ¿quién va a ser el Entrenador del Año?

Hay ocho técnicos en activo en banquillos NBA que han ganado el premio de Entrenador del Año en los últimos 18 años: Doc Rivers (queda muy lejos en todos los sentidos: 2000 con los Magic), Rick Carlisle (2002, Pistons), Gregg Popovich tres veces (¿no son pocas? 2003, 2012, 2014 con los Spurs), Mike D’Antoni el resucitado dos (2005 con los Suns, 2017 con los Rockets), Scott Brooks (2010, Thunder), Tom Thibodeau (2011, Bulls), Mike Budenholzer (2015, Hawks) y Steve Kerr (2016, el año del 73-9 de los Warriors).

Dos de ellos podrían repetir este año, aunque seguramente no vayan a hacerlo. Y son precisamente los que tienen más de uno, Popovich y D’Antoni. El premio de Entrenador del Año está, de hecho, más concurrido que nunca. Hasta con nueve o diez entrenadores se puede montar una buena candidatura, aunque es obvio que no todos van a la misma velocidad en la carrera de nominados. Hay dos o tres favoritos, pero una buena ristra de excelentes labores que no incluye a algunos que también salen muy bien parados si se pone su trabajo de esta temporada sobre la lupa: Erik Spoelstra, Luke Walton, Kenny Atkinson…

La pasada noche se enfrentaron dos de los principales favoritos, Brad Stevens Y Dwane Casey. Los dos, preguntaron al respecto, dejaron claro que este premio no le quitaba el sueño (Stevens fue especialmente explícito) y pusieron como favorito al otro. Casey incluso amplió la lista: McMillan, Stotts…

Personalmente, tenía a Casey como muy destacado pero veo a Stevens cada vez más cerca, veremos si no por delante a una semana vista: los Raptors juegan en cuatro días contra Cavaliers, Celtics y Pacers. El liderato del Este está en juego, tal vez también el premio de mejor entrenador de la temporada 2017-2018. Estos son los que aspiran al galardón, incluidos los que lo hacen de refilón pero merecen como mínimo una mención.

-BRAD STEVENS: Si no pasa nada raro, candidato a perpetuidad durante lustros. Lo tiene todo para retirarse con más de un premio de Coach of the Year (y con algún anillo, claro). Va siempre un paso por delante del entrenador rival, su equipo gana constantemente partidos apretados que incluyen ajustes decisivos de su pizarra, saca lo mejor de jugadores de cualquier perfil y estilo y sus Celtics compiten mejor, o esa sensación da, cuanto mayor es el número de bajas que acumulan. Con todas las excusas para acabar en año perdido, los verdes todavía pueden ser el mejor del Este en Regular Season. No sé qué más puede hacer un técnico para ser tan favorito como cualquiera (y como mínimo) a este premio. Pero si no lo gana, insisto, calma: tiene 41 años, para horror del resto de franquicias del Este.

-DWANE CASEY: Los Raptors son (todavía) líderes del Este. Afrontan una semana terrible (Cavaliers, Celtics y Pacers en cuatro días) con dos partidos de ventaja sobre los Celtics. Han ganado 55 partidos y deberían mejorar la campaña pasada (56), que ya había sido la mejor de la franquicia. Casey no solo está asentado a los Raptors en torno al 65% de victorias, sino que el pasado verano asumió un reto muy duro para cualquier entrenador: cambiar desde dentro, adaptarse o morir. Los Raptors son el tercer mejor ataque y la sexta mejor defensa de la NBA, se han inventado un banquillo que cambia los partidos y Casey ha ablandado y diversificado su propuesta con inteligencia y mano derecha. Hace no mucho me parecía favorito para el premio. No sé si sigue siéndolo, pero si lo pierde será en la foto finish.

-TERRY STOTTS: Stotts ya me pareció en Milwaukee un gran entrenador de entreguerras, que no es poco: un desarrollador de talento. Un rol parecido le tocó asumir en los Blazers cuando mudaron todo un proyecto (se fueron a la vez LaMarcus, Batum Lopez, Matthews…). Lo hizo bien, pero cuando empezaba a parecer que había dado todo lo que había podido (18-17 en fin de año) se ha inventado un empujón que va a acabar con su equipo en el tercer puesto del Oeste, lo que era absolutamente improbable. En otoño… y durante una parte del invierno. Ahora 47-29, el descorche incluyó 13 victorias seguidas con dos contra los Warriors y una contra Cavs, Thunder, Jazz, Wolves… Sin hacer mucho ruido y sacando el máximo de jugadores como Harkless y Aminu, Stotts ha puesto a los Blazers (sorpresa) en el top 10 de la NBA en rating defensivo, el paso que necesitaban para ser verdaderamente competitivos. Un trabajo impecable y con buenas perspectivas para los playoffs.

-QUIN SNYDER: Otro que ha estado en quinielas durante casi toda la temporada, lo cual será especialmente justo si sus Jazz desembocan en playoffs finalmente. Con dolores de crecimiento en la integración de Ricky Rubio y la maduración exprés de Donovan Mitchell, Snyder ha estabilizado un proyecto que pareció herido de muerte con la salida de Gordon Hayward. Con una de las mejores defensas y uno de los ataques más trabajados de la NBA, los Jazz llevan por los cuatro costados la firma de su entrenador. Que es de los buenos de verdad.

-NATE MCMILLAN: Los Pacers están en playoffs cuando parecían destinados al fondo de la NBA y a una reconstrucción muy cruda. Apostaron por Oladipo como eje post George y el escolta ya es all star. Todavía pueden tener ventaja de campo en primera ronda y son otro equipo que tiene la impronta de un entrenador que consigue grandes cosas cuando su idea cuaja en el vestuario: esta vez construyó un bloque adaptado a Oladipo: rápido en transición, con mucho lanzamiento en primera oleada y, contra la moda imperante, mucho juego en la zona templada de la pista. Y variantes para sacar provecho a Bogdanovic, Collison… Un trabajo excepcional e inesperado, combinación que le da muchos puntos.

-MIKE D’ANTONI: Tiene que estar, aunque ganó el año pasado y se daba por hecho que sus Rockets serían muy buenos. Pero seguramente no tanto. Ha integrado a Chris Paul con James Harden (problemas de primer mundo sí, pero algo de lo que algunos dudaban) ha perfeccionado un ataque que es uno de los mejores de la historia y su defensa, otra sorpresa, es la segunda mejor desde el All Star. Por obra y gracia del asistente Jeff Bzdelik. Creada para dar problemas a los Warriors y especialmente efectiva desde que PJ Tucker es titular. D’Antoni, evolucionado desde los tiempos del seven seconds or less de Phoenix, está en plena vigencia.

-GREGG POPOVICH: Los Spurs todavía no están en playoffs y pueden acabar con su peor porcentaje de victorias en 20 años. Y sigue siendo uno de los trabajos más impresionantes de Popovich, que es mucho decir. Con solo nueve partidos de Kawhi Leonard, solo hay echar un vistazo al roster de los Spurs (nombres, edades…) para entender que este equipo no debería estar ahora mismo cuarto del Oeste con la séptima mejor defensa del campeonato y un LaMarcus Aldridge convertido en líder cuando llegó a parecer con un pie fuera. Mientras el caso Kawhi lo afea todo en San Antonio, Pops sigue dando lecciones.

-ALVIN GENTRY: Muy cuestionado la temporada pasada, Gentry ha resurgido con un trabajo difícil pero brillante en los Pelicans. Primero avanzó mucho en el acople de Anthony Davis y DeMarcus Cousins y, cuando mejor iban las cosas en su proyecto inestable (bien de verdad), cayó lesionado Cousins. Pero los Pelicans no solo se han sostenido sino que han dado pasos hacia los playoffs con mucha mano de entrenador, aunque su trabajo no esté siendo tan mediático como el de otros.

-BRETT BROWN: De 28 victorias a, por ahora, 45. Cierto que con Simmons y con Embiid casi siempre sano, pero Brown ha demostrado que sabe cómo maximizar y complementar a sus dos súper estrellas. La defensa de los Sixers (tercera por rating) es una de las más infravaloradas y en ataque el equipo ha ido fluyendo en una dinámica claramente ascendente. Si se acerca el final y culminación del Proceso, Brown está dejando claro que puede ser el hombre que también dirija la siguiente fase de estos prometedores Sixers.