No cabe duda de que cada vez se valora más al jugador europeo en los draft de la NBA y de que los especialistas en scouting saben que no se lo mismo brillar en la NCAA, entre jugadores del mismo rango de edad (18-22) que hacerlo en la Euroliga, donde juegan muchos de los mejores jugadores del mundo que no están en la NBA. Esa es una ventaja para Luka Doncic, como lo fue el pasado Eurobasket. Pocos han hecho en Europa lo que él con 19 años recién cumplidos. Pero también es cierto que el hype que genera el torneo universitario no tiene comparación cuando se acerca la primavera. Doncic, número 1 en unas cuantas previsiones para el draft 2018 (21 de junio, Barclays Center de Brooklyn), puede ver en las próximas semanas como su cotización baja para algunos expertos, en función de lo que suceda en la locura de marzo, el gran baile que ya tenemos a las puertas.

Michael Porter Jr acaba de volver a las pistas, Marvin Bagley está confirmando en Duke que va para estrella, en los bases bajan las acciones de Trae Young pero suben como la espuma las de Collin Sexton y en los pívots sigue atrayendo el potencial descomunal de Mohamed Bamba y, por encima de todos, parece cada vez más difícil que el número 1 no sea DeAndre Ayton, el gigante (2,16) de Arizona que con 19 años ya tiene perfeccionado un tremendo arsenal ofensivo. Lo que puede venir desde ahí tiene techo de jugador generacional. Y el March Madness puede apuntalar, si es que no está ya prácticamente certificado, ese 1 de Ayton, que por sí solo convierte en aspirantes a los Wildcats de Sean Miller, que colgados de él piensan en, como mínimo, meterse por fin en la Final Four, algo que no logran desde 2001, cuando perdieron la final contra la Duke de Shane Battier. En aquel equipo finalista jugaban Richard Jefferson, Gilbert Arenas y Luke Walton, ahora entrenador de los Lakers.

Ayton ha llevado a Arizona el título de Conferencia en la Pac-12. En sus últimos cuatro partidos, solo tuvo problemas ante Colorado (10 puntos, 6 rebotes). En el anterior había aplastado a la Universidad de California (26+20) y en las semifinales y final combinó 64 puntos y 32 rebotes: 32+14 ante UCLA (78-67 tras prórroga) y 32+18 ante USC. En total, 64 puntos de los 153 de su equipo. Y con un 27/36 total en tiros y un 9/10 desde la línea de personal.

Un experto en scout de la NCAA le aseguró a RealGM que Ayton tenía “un 95% de posibilidades” de ser número 1 en el draft: “Es una anomalía, cuando hay un jugador parecido a Joel Embiid disponible sigue siendo algo especial, una rareza. Lo más especial que se puede seleccionar”.

Y él lo ve igual, después de promediar 21,6 puntos y 13,6 rebotes en las dos últimas semanas y dejar sus medias de la temporada en 20,3 y 11,5: “Creo que tengo que ser el número 1. Compito al máximo todos los días, nadie tiene la misma energía que yo para competir. Creo que soy diferente a todos los demás”. Ahora que su nombre está por todas partes, sus compañeros también avisan: “No me sorprende lo que está haciendo porque lo vemos todos los días. Ahora estáis viendo todos lo que nosotros vemos cada día. Para él, estos partidos han sido un día más en la oficina. No hay nadie mejor, será el Jugador del Año”, dice Rawle Alkins. Y tiene cada vez más papeletas para ser también el número 1 del draft.