Ricky Rubio no para (17 de 19) y Marc sigue hundido: 16 derrotas
Los Jazz siguen sin fallar y acariciando la zona de playoffs del Oeste y los Grizzlies alargan la peor racha de su historia en Memphis.
Los Jazz siguen al sprint. 100 metros, 200, 400… van camino de cubrir todas las especialidades en ritmo de velocistas. Por ahora no desfallecen pero lo peor es que puede que ni siquiera así les alcance. Parece imposible, pero después de un inicio discreto de temporada, el Oeste ha vuelto a poner su nivel en las nubes. En 36-30 y después de 17 victorias en 19 partidos (5 seguidas), los Jazz tendrían hecho el billete para playoffs en el Este. Pero esto es el Oeste: cuando ganaron a los Grizzlies (78-95) estaban en el octavo puesto. Después siguió la jornada (ganaron los Nuggets, ganaron los Clippers...) y volvieron a caer de la zona de eliminatorias. Llevan en el vestíbulo semanas, haciendo méritos para que alguien les invite a pasar al salón… pero de momento no sucede. Blazers en 26 derrotas, Pelicans en 27, Spurs en 28 derrotas, Wolves, Thunder y Clippers en 29, Nuggets y Jazz en 30. Ocho equipos para seis plazas. La caza de los Jazz no acaba mientras apilan victorias. ¿Qué pasará si son ellos los que pierden un par de partidos seguidos? Game over.
Si la cosa acaba mal, Ricky Rubio cubriría otra temporada (la séptima) sin haber jugado su primer partido de playoffs. Y ahora mismo ni siquiera sería justo. Pero el Oeste es cuestión de victorias (media arriba o abajo), no de justicia. Pocos equipos juegan con el sentido en ataque y la abrasión en defensa de los Jazz, que desde que regresó Rudy Gobert de su segunda lesión del año, en enero, tienen un rating defensivo de 97,6. Sacan más ventaja al segundo, los Raptors, que estos al undécimo. Y si se aíslan los minutos en pista de Gobert durante ese tramo, la cifra baja a 96,1. Si ese panzer defensivo visita a los depauperados Grizzlies, uno de los peores ataques de la NBA, el resultado no sorprende: 78 puntos locales, 55 en los tres últimos cuartos. En total, solo 24 puntos en la pintura con un 40% (Gobert…), un 6/22 en triples y solo 14 tiros libres lanzados. ¿De dónde vinieron los puntos entonces? De ninguna parte. Y ya son 16 derrotas seguidas para un equipo que no ha ganado fuera en 2018 y ningún partido entre febrero y marzo, que es con los Suns el único que no ha llegado a 20 victorias (18-47 y 19-48) y que nunca había perdido tanto desde el traslado a Memphis en 2001.
Los Grizzlies, de hecho, están echando demasiado atrás el reloj: solo en sus dos primeras temporadas (1995-97) tuvieron rachas tan malas: otras 16 en la segunda y dos de 19 y 23 en la primera. El récord total de la NBA es 26 en la misma temporada (Cavs 2010-11 y Sixers 2013-14) y 28 si se enlazan campañas (28 los Sixers 2014-16). Por si acaso. Sin Conley, Parsons ni Evans, con Dillon Brooks como primera opción de ataque y, esta vez sí, con minutos de Marc Gasol en el último cuarto. Seguramente esta noche no jugará en Dallas porque la idea es que no participe en la segunda manga de los back to back desde el parón del All Star. Así están las cosas: los Grizzlies piensan en el draft y en ver qué vale y cuánto vale de entre su discreto lote de jóvenes. Marc, al que todo esto le pilla en muy mal momento (33 años), terminó con solo 7 tiros y 9 puntos, aunque con 11 rebotes, 6 asistencias y 4 tapones. Después recurrió a la paciencia que ha estrenado tras algunos días en amago de combustión y reconoció (en parte porque fue así) que su equipo lo dio todo en defensa… pero no pudo ser.
Fue así: los Grizzlies sobrevivieron un cuarto y medio con un muy buen trabajo defensivo en un partido muy poco inspirado al que solo Jae Crowder entró con puntos (al final 22, su tope de la temporada). Gobert se quedó en 4 y Mitchell en 12, pero tampoco hacía falta mucho más contra un rival al que los Jazz estrangularon desde la defensa. Ingles anotó 16 puntos y culminó un alley-oop, la nota exótica, y Ricky Rubio jugó otro buen partido: 15 puntos gracias al tiro libre (9/11), 10 rebotes y 5 asistencias. La cosa marcha para los Jazz, pero es que en el Oeste el octavo puesto está a precio de oro. 100 metros, 200, 400… Toca seguir al sprint, a ver hasta dónde llegan las fuerzas.