Unicaja visita al equipo más poderoso de Europa, al menos en el aspecto económico (más de 35 millones de euros de presupuesto frente a los poco más de 14 del equipo malagueño) en una situación comprometida. Necesita ganar para poner cerco al octavo puesto, de Top 8, que ocupa el Maccabi del que le separan dos victorias. Una empresa difícil por el potencial de los rusos y la baja por lesión en su pie izquierdo de Shermadini. Para colmo James Augustine es más que razonable duda por una contractura en el soleo de su pierna izquierda. Unicaja, con un balance de 10/14, el equipo andaluz está a obligado caso a ganarlo todo. Y su calendario es tremendo porque además del CSKA debe jugar de manera consecutiva contra Olympiacos y Fenerbahçe. Los temores se han confirmado. Shermadini sufre fractura del cuarto metatarsiano del pie izquierdo. Será baja entre seis y ocho semanas. Los malagueños intensifican la búsqueda de un sustituto solo para la Liga porque ya no puede ser inscrito en Europa.

El Megasport Arena no es precisamente el escenario ideal para soñar, ya que espera un fortísimo CSKA (19-5) que ya tiene billete para las eliminatorias y que solo ha perdido un duelo en casa precisamente ante el actual campeón de Europa..

También ha tenido problemas de pívots el CSKA, pero ya ha recuperado a Kyle Hines y su músculo financiero le ha permitido reclutar temporalmante a Victor Rudd mientras se recupera el exmadridista Othello Hunter.

El balance de enfrentamientos es claramente favorable al equipo ruso frente al Unicaja (20-4), que sin embargo ha ganado en dos de sus últimas cuatro visitas a Moscú, buenos precedentes a los que quiere agarrarse para seguir manteniendo la esperanza. En la ida Unicaja aguantó tres cuartos antes de doblar la rodilla en los últimos minutos (80-89). Joan Plaza quiere competir: “No vamos a Moscú para sacar a pasear al perro”. Los malagueños ya buscan fichar un temporero.