Lillard: 39 puntos, siete seguidas y adiós a la racha de los Lakers
El base, seguramente en el mejor momento de su carrera, destrozó a los Lakers en el cuarto cuarto con 19 puntos y cuatro triples seguidos.
La sexta temporada NBA de Damian Lillard no es una temporada cualquiera. La sensación de superioridad y confianza que demuestra en los momentos calientes es una mezcla entre su yo habitual/espectacular y algún tipo de superpoder. Los Blazers llevan siete triunfos consecutivos y han ganado nueve de sus últimos 10 partidos. Una racha en la que estamos viendo al mejor Damian Lillard y en la que han caído por el camino, entre otros, Warriors, Wolves, Thunder, Jazz (1-1) y, ayer, Lakers.
Tras un buen inicio de los visitantes, los Lakers, a hombros de su mejor racha de la temporada (cinco victorias seguidas), le dieron la vuelta al partido. Los problemas de faltas de Lonzo dieron el timón a Isaiah durante casi todo el partido, y el base respondió sumando (17+7), pese a fallar más de la cuenta (5/21 en los tiros). Entre sus puntos, el toro que es a estas alturas de la temporada Julius Randle (21+9, tercer partido consecutivo de +20 puntos) y un par de triples de Caldwell-Pope en el momento justo, los Lakers cogieron ventaja de cara al tramo decisivo del partido. Pero... Damian Lamonte Ollie Lillard, claro.
Lonzo entró en los primeros compases del cuarto cuarto y los Lakers pasaron del +4 al +10 en cuestión de segundos. Y entonces apareció Lillard, con su equipo 10 abajo y más de siete minutos por jugar. Bang, bang, bang (¡desde nueve metros!) y bang. Cuatro triples seguidos. De todos los colores. Sin dudar en un solo bote. Qué animal.
Un triple de Lonzo volvió a empatar el partido (103-103) y el Staples explotó. ¿Volvería a repetir el mágico final ante los Spurs?
Esta vez no. Los Lakers tuvieron sus opciones hasta el final, pero después de que McCollum (22 puntos) fallara dos libres para abrir la puerta, Isaiah falló el suyo y perdió el balón al levantarse ante Napier (una mano sensacional). El fin de la gran racha de los Lakers llegó. Pero llegó ante unos Blazers que en estos momentos son, sin lugar a dudas, uno de los grandes de la competición (terceros en el salvaje oeste). Vivimos en Lillard Time.