Para empezar, pongámonos en situación. España está en Minsk (10 grados bajo cero de mínima, en el exterior claro) para jugar hoy (17:30 hora española, Sport Palace) la tercera jornada de la fase de clasificación para el Mundial de China 2019. La Selección ganó sus dos primeros partidos a Montenegro (66-79) y Eslovenia (92-84) en lo que Sergio Scariolo definió una “misión cumplida cum laude”. La segunda misión, pues, empieza en Bielorrusia y continuará ante Montenegro en Zaragoza. En la hoja de ruta de España se incluyen dos victorias que le garantizarían ya estar en la segunda fase, donde le esperará un grupo de seis del que se clasificarán para el Mundial los tres primeros.

Pero vayamos paso a paso. La nueva España, la que no puede seleccionar 29 potenciales internacionales que juegan en NBA y Euroliga, incorpora cuatro nuevos nombres en esta llamada. Son Beirán (cuarto caso de padre e hijo que son internacionales después de los Laso, los Soler y los Jofresa), Pablo Aguilar, Rodrigo San Miguel y Darío Brizuela. De los héroes de noviembre faltan Albert Oliver, Oriol Paulí y Sergi García (lesión) y Javi Vega. Fran Vázquez, que jugó una gran semifinal de Copa ante el Real Madrid, será de nuevo referente y alma mater del equipo; y Quino Colom, el director de operaciones. Los dos, junto a Sergi Vidal, fueron fundamentales en las dos primeras victorias.

Bielorrusia no tiene a su mejor jugador. Pese a los esfuerzos de su federación, Artsiom Parakoushi se quedará con el Maccabi (jugó anoche en Málaga) salvo sorpresa de ultimísima hora. Su selección es una perfecta desconocida aunque, eso sí, se conoce a la perfección. 11 de los 14 convocados pertenecen al Tsmoki Minsk, equipo de Eurocup esta temporada. Más de 3.000 espectadores, cifra respetable para un país donde el baloncesto no es el deporte rey, podrían acudir al partido. Eslovenia ganó con seguridad pero Scariolo no quiere confianzas. El éxito de la primera misión se basó en el compromiso y la humildad. Para llenarse de glamour cuando llegue el Mundial de China también hay que pasar trámites con interrogantes como el de Minsk.