El Gran Canaria acaba con el sueño copero del Fuenlabrada

Se acaba de vivir una auténtica fiesta del baloncesto en el Gran Canaria. Con dos equipos y toda la grada entregada a la causa, Herbalife y Fuenlabrada ofrecieron un soberbio partido, especialmente en el segundo tiempo por parte de la entidad insular. Un gusto para los sentidos antes de la batalla siguiente entre Baskonia y Barcelona.

Físicamente mermado, ausentes Popovic y Sekulic, el Fuenlabrada da una guerra tremenda hasta que las fuerzas le duran. Un triple de Vargas le puso rápidamente por delante, 2-3, y 9 seguidos de Olaseni, inmenso en el primer cuarto con 11 puntos y 2 rebotes, le daban una cierta ventaja, 10-16. Se aprovechó Rupnik de las tenazas que frenaban al Granca, impresionado por el ambiente, para enchufar dos triples y darle un +10 a los suyos, 12-22.

Todo carácter, pura emotividad su juego, Aguilar emergió imponente desde más allá del 6,75 para, también con dos encestes consecutivos, poner al Herbalife a tiro del Fuenlabrada: 22-24, antes del 25-27 del final del primer acto.

Los locales ya habían recuperado el terreno perdido, mucho si se tiene en cuenta que en juego estaban las semifinales de la Copa del Rey, y se mantuvo paciente a la espera de darle un zarpazo al partido, como aquel de Radicevic desde el triple que empata la contienda a 30. Se veía entonces un partido intenso, precioso, puro torneo del KO, con ambos equipos dejándose la vida en ambas canastas, y fue Balvin quien, con dos tiros libres, pusiera por delante al Gran Canaria, 39-37, por primera vez desde aquel lejano 2-0. Un triple de nuevo de Eriksson coronó un parcial de 10-0, 44-37, solo frenado por un enceste lejano de Smits. 5 puntos de Eyenga igualaron el encuentro, 48-47, pero Balvin fue decisivo, imponiendo su corpachón en ambos lados, para que la formación insular se fuera al descanso con ventaja: 58-52.

Salió como un tiro el Herbalife, como así lo demostró el triple de Mekel para abrir el marcador del segundo tiempo: 61-52. Nada parecía poder detener a los jugadores de Casimiro, mucho menos la frágil defensa fuenlabreña, y entre Aguilar, Seeley y Balvin pusieron el marcador ya en +15, 79-64.

Quedaban apenas diez minutos para acabar el partido, pero lo cierto es que el Granca ya lo tenía todo controlado. Jugó además con calor de su público, animoso como nunca. Báez entró en escena con cuatro puntos seguidos, 88-73, y solo un par de triples de Cruz, incansable, animaron algo el cotarro. Un peligrosos 98-87, con posesión además para el Fuenla tras pérdida en saque de fondo de Mekel, obligó a Casimiro a parar el partido para evitar males mayores.

Precisamente, el titánico Cruz acercó a los suyos hasta el 98-90, pero Aguilar le devolvió el triple en la jugada siguiente para sentenciar el partido. El Herbalife se quitó así la maldición del anfitrión y, de paso, se sacudió el polvo que acumulaba desde aquella derrota contra el Joventur de en la Copa de hace tres años, también en la isla.

“¡Esto, esto, esto es baloncesto!” gritaron a coro las aficiones presentes. Se vivió, verdaderamente, un partido delicioso. Todos estuvieron a la altura. El Granca impuso y calidad y físico, y poco o nada puede reprocharse el Fuenlabrada