El Madrid cayó ante el Khimki el 2 de noviembre: ­80-86 con 20 puntos de ­Shved, máximo anotador de la Euroliga. Era la carta de presentación del nuevo Khimki, el millonario, con un presupuesto equivalente a unos 36 millones de euros si tenemos en cuenta la menor fiscalidad rusa. Mientras los blancos arrancaban ­entonces una sucesión de seis derrotas en siete partidos, el equipo ruso llegaba a agrupar cinco triunfos en las seis primeras jornadas.

Desde el 8 de diciembre los blancos han remontado el vuelo. Diez victorias seguidas, cinco en Europa, que les han hecho avanzar del octavo al cuarto puesto. El Khimki ha retrocedido del segundo al séptimo.

Pero lo que más daño ha hecho al club ruso es la trayectoria en la VTB, donde debe ganarse el billete para la Euroliga (el CSKA es el único con plaza fija). Y ahí, en su Liga, ha tropezado en cuatro de los últimos seis partidos, incluido el del pasado domingo ante el Kalev (92-84), uno de los rivales más débiles. La lesión de Thomas Robinson (número 5 del draft de 2012) no ha ayudado, pero la entidad no encuentra justificación a este bajón y así se lo ha manifestado el gerente, Pavel Astakhov, a la plantilla en una charla hecha pública y que finaliza con el anuncio de una multa general: “A los jugadores, a los entrenadores y a la gerencia, pero también a los administrativos y conductores, a las señoras de la limpieza... Todos serán sancionados con la mitad de su salario este mes”. Se les devolverá el dinero, eso sí, si mejoran los resultados.

Una multa que recuerda a la que propuso Bartzokas hace un año en el Barcelona por bajo rendimiento, aunque entonces fueron 5.000 euros, una cuantía muy inferior y que no afectaba al resto del personal de la sección.

“Ni como entrenador ni como jugador recuerdo haber vivido algo así”, decía en la previa Laso, que no se metía en corral ajeno: “Lo que haga cada club es asunto suyo”. Mientras, Bartzokas alababa al Madrid: “Es el equipo más divertido de ver, estoy de acuerdo con los mánagers”.