El Real Madrid se desquita en Vitoria y demarra en el liderato
Los blancos habían perdido en noviembre por 30 puntos. Buen regreso de Rudy y decisivos cinco minutos de Doncic. Aventaja ya en tres victorias al Barça, al Valencia y al Fuenla.Real Madrid - Bayern: Euroliga 2018/2019
El Madrid sigue en pie contra viento y marea, y si me apuran incluso contra toda lógica. No solo no pierde fuelle sino que gana en solvencia. Cada vez gestiona mejor sus recursos, bastante limitados en la pintura. Para este duelo recuperaba en el perímetro a Rudy, en un Buesa repleto y listo para el fragor (14.178 espectadores), pero perdía a última hora a Maciulis, que viene ejerciendo de interior a tiempo casi completo. A Laso y a su equipo pareció darles igual: capearon la tempestad del segundo cuarto y resolvieron guiados por Doncic en un espléndido último acto pleno de madurez. Pasaron de repartir solo cuatro asistencias y extraviar nueve balones en los primeros 20 minutos, a añadir 14 pases de canasta y apenas tres pérdidas en la segunda parte.
Después del repaso de noviembre, cuando el Madrid encajó la derrota más amplia de la era Laso (105-75, incluido un parcial de 19-0 en el primer acto), era muy difícil que a los blancos les cogieran otra vez tan en falta. Causeur lideró la arrancada (13 puntos al descanso, como si tuviera cuentas pendientes), aunque luego su equipo se ralentizó por la escasez de centímetros. Thompkins, con dos personales rápidas, y Tavares veían desde el banco el crecimiento baskonista (28-20). Un 10-0 de parcial con Reyes solo ante el peligro y Doncic ejerciendo de falso pívot. El Real sufría, pero la intimidación de Tavares y, sobre todo, la cohesión del grupo y el acierto de Rudy orquestaron la reacción: 36-33.
El Madrid llegó al cuarto periodo con dos puntos de ventaja y Doncic, en cinco minutos mágicos, los multiplicó por cuatro: 66-74. Apenas había entrado en acción, pero esperó agazapado su oportunidad para desatarse y sentenciar: 8 tantos y 4 asistencias entonces.
Radoncic limitó a Shengelia
Luego remató un lozano Thompkins, reservado por las faltas. Descanso que facilitó la enorme labor de Dino Radoncic (y de Reyes) en el marcaje de Shengelia. El georgiano no fue un factor clave, y menos aún Poirier. Huertas apuntaba esta vez a héroe local. No bastó, ni tampoco los buenos ratos de Beaubois. Mérito del trabajo en la retaguardia de un Madrid que ha desarrollado en los últimos meses una fortaleza enérgica y una valentía serena para encarar las dificultades.
Lo vimos otra vez, y no ante un rival cualquiera. Ni en un día normal. Porque este miércoles Pablo Laso dio caza a un leyenda, a Pedro Ferrándiz: 490 partidos al frente del banquillo madridista. Y lo hizo en Vitoria, su ciudad natal. Su equipo sigue de dulce porque ha sabido adaptarse y readaptarse. Crecer desde la defensa. Octavo triunfo seguido entre ACB y Euroliga, y mucho más líder liguero: tres victorias de ventaja ya al Barça, al Valencia y al Fuenlabrada. Y cinco al Baskonia.