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GRIZZLIES | FIZDALE

¿Marc? A veces la estrella y el entrenador no se llevan bien"

El exentrenador de los Grizzlies asume su enfrentamiento con el pívot y su salida del equipo: "Son cosas que pasan y yo ya soy mayorcito".

¿Marc? A veces la estrella y el entrenador no se llevan bien"
KAREN PULFER FOCHTEFE

Los Grizzlies están en un lugar oscuro. Después de empezar la temporada 5-1, marchan 9-22. Solo los Mavs (y por poco: 9-23) son peores en el Oeste y son ya 21 derrotas en 25 partidos. Mike Conley se ha perdido más de media temporada por lesión (un problema recurrente) y en este tramo calamitoso salió despedido David Fizdale, que cerró la temporada pasada con vitola de una de las grandes promesas de los banquillos NBA, con solo 43 años, después de sus años al lado de Spoelstra en los Heat del big three y en el inicio de lo que el general manager Chris Wallace quería que fuera un cambio de cultura en una franquicia cuya estilo estaba en peligro de extinción.

Han sido (por ahora) siete años consecutivos en playoffs, todos por encima del 50% de victorias. Y es la décima temporada de Marc Gasol en el equipo. En ese tiempo el español ha sido tres veces all star, una Defensor del Año, ha entrado dos veces en los quintetos All-NBA y ha participado en los 29 partidos de playoffs que ha ganado en su historia la franquicia.

Pero Marc, uno de los jugadores más importantes de la historia de los Grizzlies y una institución en Tennessee, tampoco está en un buen momento después de su brillantísima temporada pasada, el regreso a la más absoluta elite tras una fea lesión en un pie. Por encima del 19+8+4 en promedios (intachables) pero tirando peor que nunca (42%, 35% en triples) y con la incomodidad de tener que repensar un lugar que era incuestionable dentro de un equipo que era sota, caballo y rey. Sin Conley, el ataque de los Grizzlies es anémico y predecible: por debajo de los 100 puntos por 100 posesiones en los últimos diez partidos (ocho derrotas), ya sin Fizdale y con Bickerstaff a los mandos, en 96,6 puntos de media (96,5 los Kings) y con el tercer peor rating ofensivo de la liga. El defensivo, la seña de identidad durante estos últimos años de competitividad extrema, tampoco es lo que era (17º, en la mitad baja de la liga).

Todo se hace muy cuesta arriba. La franquicia está inmersa en una lucha intestina de poder, con Steve Kaplan y Daniel Straus tratando de mover a Robert Pera de su asiento. La situación deportiva es oscura: en proyección de ganar 23 partidos, con una plantilla cogida con alfileres más allá de Conley y Marc y con 102 millones comprometidos para la próxima temporada. Una losa para un mercado muy poco atractivo además para los agentes libres. El draft se abre una vez más como gran esperanza pero, si se piensa en una reconstrucción a varios años vista, en 2019 su pick podría irse a Boston Celtics. Si se entra en ese proceso de renovación, tarde o temprano serán un problema los 32 años de Marc y los 30 de Conley.

Marc habló abiertamente de sus diferencias con Fizdale. Ha dado toques públicos de atención a sus compañeros y desde luego sintió profundamente, en lo deportivo y en lo personal, la salida de Tony Allen y Zach Randolph: el fin efectivo de la era del grit and grind. Y David Fizdale también ha hablado sobre su relación con el pívot español y su salida de los Grizzlies después de un notable primer año en el banquillo: “Así es la NBA. El mejor jugador del equipo y el entrenador no se llevan siempre bien, son cosas que pasan”. El técnico quitó importancia al asunto, o al menos lo consideró algo que ha pasado y seguirá pasando en los vestuarios: “Soy mayorcito ya, hay entrenadores muy grandes que han sido y son despedidos por sus equipos. Es lo que es en esta profesión”.

El enfrentamiento estalló cuando Fizdale no puso en pista a Marc en todo el último cuarto del partido ante los Nets. El español no se mordió la lengua aunque aseguró después que no había hecho ningún movimiento de puertas para adentro que pudiera haber propiciado el despido del entrenador. La vida sigue. Fizdale entrenará más pronto que tarde a otra franquicia y Marc y los Grizzlies buscan respuestas desde un túnel en el que hacía muchos años que no se veían.