Encajar 49 puntos antes del descanso no es un buen plan, máxime cuando te plantas en Milán con cinco bajas: McRae, Diop, Garino, Malmanis y Granger. Eso provocó, entre otras cosas, que un intrascendente hasta ahora Vildoza saltara a la cancha un poco desconectado y que fuera sentado rápidamente por Pedro Martínez. El 14-9 colocó las primeras diferencias en el luminoso con Goudelock y Jefferson como protagonistas ofensivos (9 puntos entre los dos en los primeros 5 minutos). Aunque las cosas acabaron por igualarse gracias, entre otras cosas, a la intensidad de Shengelia.

El segundo cuarto fue para olvidar. Primero comenzó bien (empate a 27 tras el primer minuto) pero luego Baskonia se olvidó de defender y realizó malos lanzamientos que el aro escupía continuamente. El Armani jugaba muy suelto y se puso 9 arriba con el 36-27. Jerrells campaba a sus anchas y la diferencia fue aumentando hasta los 14 puntos (49-35, min. 19). Por no entrar no entraban ni los tiros libres. A falta de 1 para el descanso, los lombardos sumaban ya 12 rebotes ofensivos, menos mal que los de Pedro Martínez corrigieron un tema que les suele matar: sólo llevaban 3 pérdidas a esas alturas.

El Armani fue estirando la goma tras el paso por vestuarios (62-45, min. 25). Todos los jugadores que habían entrado en cancha –a excepción de Kalnietis- habían anotado en el partido a esas alturas. Con el 64-47, Pedro Martínez decidió meter en cancha al joven Miguel González, internacional sub-18 natural de Valladolid quien, con sus 18 añitos, lo primero que hizo fue anotar desde la esquina. Esto espoleó a los vascos, que llegaron a ponerse a 10 con el 66-56, pero fue un espejismo porque, a base de triples, Milán dejó el compromiso reventado en el 29 con un demoledor 74-56. La máxima en contra fue de 25 puntos con el 85-60. Faltaban casi 8 minutos para llegar al final pero ya no dio tiempo ni para confirmar la remontada y eso que firmó un parcial de 3-23 que le colocó a 5 de diferencia con el 88-83.