Los Angeles Lakers tienen una plan para la próxima temporada y no piensan renunciar a él. Con Lonzo Ball, Brandon Ingram y Kyle Kuzma como futuro de la franquicia, los angelinos necesitan espacio salarial para lanzarse durante el verano de 2018 a por las grandes ballenas del mercado como LeBron James y Paul George. Un proyecto con víctimas. La primera fue D'Angelo Russell. El base, número dos del draft 2015, fue traspasado en junio a Brooklyn Nets junto a Timofey Mozgov para hacer hueco al mayor de los Ball, no tener que afrontar la costosa renovación futura del base y para ahorrarse los 47,9 millones de dólares que se debían al pívot ruso.

Esa primera pieza de dominó cayó en la noche del draft 2017 y la segunda podría estar muy cerca. Según Adrian Wojnarowski (ESPN), el tiempo de Julius Randle en Los Ángeles se acaba. "Se están trabajando en múltiples contingencias para la agencia libre de 2018", comentó el periodista. El ala-pívot será agente libre restringido a partir de julio (5,5 millones). Es decir, los angelinos podrían prolongar un año más su contrato por el 125% del salario anterior o dejarle negociar con otra franquicia. Ambas opciones parecen difícil y su nombre podría servir de cebo para la salid de Luol Deng con un 53,9 millones comprometidos hasta 2020.

Las palabras de Wojnarowski

Diez minutos menos por partido

El escenario para Randle ha cambiado de un curso a otro. Con una disciplina férrea, el siete de 2014 ha dado un rendimiento excelente en los Lakers en cualquiera de las versiones que se le han pedido, pero ahora sus servicios no son tan necesarios para Luke Walton: de los 28,8 minutos de la anterior temporada ha pasado a solo 18 minutos (Basketball Reference). De los 74 partidos que jugó fue titular en 73. Este año ha saltado siempre desde el banquillo con Larry Nance y Kyle Kuzma como primeras opciones.