Kristaps Porzingis (28) culmina otra remontada: ¡6/7 para NYK!
McDermott (20), O'Quinn (12+5+4) y Thomas (10+5) fueron los artífices de una remontada que cerró Porzingis con siete puntos en los últimos dos minutos y medio.
Cuando rendirse no es una opción. Tras un mal inicio de temporada en el que perdieron sus tres primeros partidos, los Knicks han dado un giro de 180º. De ser un equipo del que no se esperaba absolutamente nada esta temporada a convertirse en uno de los equipos revelación de las primeras semanas de competición. Y todo gracias a Kristaps Porzingis, pero no solo por Kristaps Porzingis.
El ala-pívot letón está compitiendo al nivel de los mejores jugadores del mundo. Nadie le puede mirar por encima del hombro. Promedia 30 puntos por partido y sigue batiendo récords de anotación de la franquicia (ya es el jugador con más puntos en los 10 primeros partidos de cualquier temporada con la elástica knickerbocker: 300). A sus 22 años, Porzingis ya lo cambia todo sobre la cancha. Es el ancla en defensa (ya uno de los mejores protectores de aro de la liga) y el ataque de su equipo gira sobre sus 2,21 y se beneficia de cada uno de sus movimientos. Quizás esa última sea la clave: aprovechar todo lo que genera KP, con y sin balón. Y ahí aparecen Tim Hardaway (19 ayer), Enes Kanter (14) y compañía.
Ayer, ante unos Hornets que se fueron hasta 15 puntos arriba (21 para Malik Monk, Howard y Kemba Walker) y llegaron con 11 de ventaja a los últimos 12 minutos de juego, la clave volvió a estar en el banquillo (Ntilikina volvió a jugar todo el último cuarto por su defensa, pero esta vez no estuvo acertado en los tiros). McDermott (20, mejor marca de la temporada con un 7/8 casi perfecto en el tiro), O'Quinn (12+5+4 y responsable máximo de incendiar las gradas del Madison) y Lance Thomas (10+5 y un espectacular rendimiento defensivo) fueron los artífices de una nueva remontada que después cerró de forma magistral Kristaps Porzingis. Haciendo de lo que es, haciendo de jugador franquicia.
Sacó dos tiros libres a un Howard que intentó sacarle del partido a base de empujones (sin éxito...), anotó el triple decisivo a 1:44 del final y acabó con los Hornets con una de esas jugadas que nos recuerdan día tras día el significado de la palabra unicornio sobre una cancha de baloncesto: recibe con 3,3 segundos en el reloj de posesión a ocho metros de la canasta y con dos tíos encima que enseguida atacan el posible intento desde la línea de tres puntos (acababa de meter uno). Y entonces amaga con el pase hacia un lado, agacha la cabeza y rodea con el bote al defensor pequeño que sale a su paso para acabar con un precioso finger roll sobre la bocina de posesión. Game Over y explosión de júbilo en el Madison. Los nuevos Knicks, los de Porzingis (y más), han ganado seis de sus últimos siete partidos.