El nivel de alarma en Cleveland subió ayer un peldaño más tras caer ante los Atlanta Hawks que llegaban al Quickens Loans Arena con ocho derrotas consecutivas bajo el brazo. Ese tropiezo dejó a los Cavaliers con un balance de solo cuatro triunfos en diez partidos, uno solo en los últimos cinco encuentros, y con cierta fricción entre los dos bandos clásicos que existen dentro de un equipo: titulares y reservas. "No es ningún secreto en el vestuario: nuestra primera unidad tiene que empezar mejor los partidos", dijo Dwayne Wade que rogó a los jugadores de inicio que dejasen a la segunda unidad salir con ventaja en el marcador. "Estoy esperando que eso suceda, definitivamente tenemos que empezar mejor", añadió.

En las seis derrotas acumuladas esta campaña, la franquicia de Ohio siempre acabó el primer cuarto por detrás en el marcador por un media de nueve puntos. En los otros cuatro partidos, la suerte estuvo más repartida: contra Celtics y Wizards, los Cavs iniciaron el segundo periodo con ventaja. Frente a los Bucks, con empate a 25 y ante los Bulls, diez abajo. "Empezamos los partidos de manera horrible. Luego tienes que gastar una gran cantidad de energía tratando de remontar 16 o 18 puntos y es difícil hacer eso cada noche", continuó un Wade que ha salido tres veces en el quinteto titular: Celtics, Bucks y Magic. Triunfo, empate y derrota en el primer cuarto respectivamente. 

Quintetos durante la temporada de los Cavaliers

Los dos únicos jugadores que han permanecido inmutables en el cinco inicial durante esos diez duelos han sido LeBron James y Kevin Love. Después de ellos, el caos. Tyron Lue ha empleado nueve jugadores en total en seis quintetos diferentes. Nunca los ha repetido en más de dos ocasiones seguidas. Mezclas diferentes sin resultados diferenciadores.

Una irregularidad que tiene como primera consecuencia la lesión de Isaiah Thomas (teóricamente el primer base) y como segunda la decisión de Wade de ceder su puesto a J. R. Smith. La baja durante varios partidos de Rose llevó a una nueva variante con James de uno. Obstáculos de diferente textura y sabor que se completan con el miedo que tiene varios integrantes de la plantilla de "jugar al lado" de alero. Sin embargo, las variaciones no han dado ningún efecto positivo. Incluso, la herida se ha hecho más profunda: Cleveland es la peor defensa de la NBA al recibir 112,2 puntos y 26,6 asistencias por cada 100 posesiones. "Tenemos que jugar más duro. Estar más atentos a los detalles y tener un mayor sentido de la urgencia", sentenció Channing Frye, otro de los suplentes.