Ricky Rubio se sale (19+5+10) en su regreso a Minnesota
El Target Center ovacionó al español, quien completó un gran último cuarto. Jamal Crawford fue el artífice del triunfo de los Timberwolves.
Ricky Rubio inauguró la noche de la víspera de su 27 cumpleaños con una calurosa ovación del Target Center y la acabó firmando unos sobresalientes últimos minutos que a punto estuvieron de otorgarle el triunfo a los Jazz. No fue así porque Jamal Crawford entró en combustión y sus 17 tantos en el último cuarto hicieron que la victoria se quedase en Minnesota (100-97). El español, de regreso por primera vez a la que fue su casa en sus seis primeras temporadas en la NBA, firmó su primer doble-doble en partido oficial con Utah: 19 puntos, 10 asistencias, 5 rebotes, 2 robos y 4 pérdidas en 33 minutos. El primer jugador que reparte al menos 10 pases de canasta en los dos primeros encuentros del curso con Utah desde que John Stockton lo hiciera en 2002. No está mal para empezar.
No, el de esta madrugada no era un partido cualquiera. Los Timberwolves se presentaban ante su público después de un verano muy movido (reforma del pabellón incluida) en el que, entre otros jugadores, aterrizaron Jimmy Butler, Jeff Teague y Crawford, y en el que también se despidió uno de los hombres más importantes de su historia reciente: Ricky. El de El Masnou no dudó a la hora de calificar a Minneapolis como su "hogar" horas antes de salir a jugar. La primera victoria de la noche fue para él. En el momento de la presentación su antigua afición se puso en pie para mostrarle su cariño y agradecimiento.
Un duelo igualado, físico y en ciertos momentos tenso (Butler marcó terreno encarándose con Ricky) que arrancó con ambos equipos muy imprecisos (8/23 en tiros de campo al término del primer cuarto). Las defensas se imponían mientras que Wiggins primero y Towns después tiraban del ataque local. Una responsabilidad que en Utah compartieron entre Gobert y Ingles. 46-42 al descanso tras un triple a la desesperada de Wiggins. Rodney Hood (17 de sus 20 puntos en la segunda mitad) despertó tras el paso por vestuarios, pero tuvo que abandonar antes de tiempo al chocar con Towns en un bloqueo. Las primeras exploraciones hablan de un tirón en el gemelo izquierdo. Algo de tranquilidad para unos Jazz que llegaron a temerse lo peor y que no andan precisamente sobrados de puntos. Necesitan como el comer un paso adelante del escolta si quieren sacar billete para los playoffs de un Oeste más salvaje que nunca.
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El primer y realmente único arreón importante en el marcador llegó a comienzos del último acto. De la mano de Bjelica y, sobre todo, Crawford los Wolves llegaron a cumular una decena de puntos que invitaba a pensar en un desenlace controlado. No es casualidad que fueran los dos tiradores más fiables quienes impulsaran al equipo de Thibodeau. Estos Timberwolves han dado un salto de calidad mejorando en fiabilidad y consistencia, pero el lanzamiento exterior continúa siendo uno de sus tareas pendientes.
Decíamos que los lobos se disponían a vivir unos últimos minutos tranquilos... pero entonces apareció la versión más descarada de Rubio. Primero surtió de balones a Favors (al rescate tras la desaparición de Gobert) y después asumiendo él mismo la responsabilidad anotadora. Nueva tantos (un triple y seis tiros libres) para liderar un 3-9 de parcial que colocó a los visitantes por delante a 55 segundos para la conclusión: 95-96. Sin embargo, cuando está inspirado, la facilidad de Jamal Crawford para decidir partidos no tiene precio. Otro triple del eterno mejor Sexto Hombre volvió a colocar a los Wolves por delante. En la posterior posesión Ricky volvió a leer perfectamente el juego, pero ni Gobert ni Favors acompañaron. Triunfo de los Wolves en la primera gran noche del español como jugador de los Jazz. Noche de sentimientos encontrados para Rubio, quien anunció que donará dinero para luchar contra el cáncer por cada asistencia que dé este curso. Gran gesto.