El Madrid despierta a tiempo en la exhibición de Randolph

Anthony Randolph firmó su mejor actuación con la camiseta blanca, al nivel de las de febrero en la Copa de Vitoria, pero con números aún más boyantes: 26 puntos, 9 rebotes y 2 tapones para de 30 valoración. Podemos seguir con el resumen exprés y añadir que el Madrid se llevó el pulso en dos minutos y medio. Ni un segundo más. Todo cierto, pero tramposo, porque la pelea tuvo bastante miga. Ni la ganó Randolph solito ni fue un paseo del Madrid. El Retabet Bilbao dio la cara y mandó hasta que el rival se vio acorralado. El parcial de 0-13 lo abatió.

Una vez disipado el humo, el de un extractor que ardió en el bar una hora antes, todas las miradas apuntaron a Mumbrú. Era el estreno en casa de la nueva temporada, la de su adiós al baloncesto. Y llegaba el Madrid, donde pasó cinco cursos, algunos duros, otros muy buenos. Pero se quedó en el banquillo de inicio y en su puesto salió Hervelle, que tiene olfato para los duelos con carga emocional y se lanzó a por él. A por el duelo, decimos, y a por quien fuera, ya lo conocen. Pim, pam, pum, dos triples y una canasta de larga distancia. Diez tantos ante la defensa un pelín indolente de Thompkins, que se iba al banco.

El belga encendía una vela que ardió más de tres cuartos (del 18-10 al 68-64). A su luz surgió la mano tonta de Redivo (qué tirador, aunque luego se recalentara) y la intimidación de Gladness (Míster Boina). El Real se movía a zarpazos, los de Randolph (13 puntos en el segundo cuarto), al que se le ve mejor como esloveno que como estadounidense. El oro en el Eurobasket le ha sentado de miedo.

Los de Laso se ponían arriba (40-43 con un aplicado Taylor) y volvían abajo tras encajar un 12-0 al que reaccionaban con un 0-9. La montaña rusa de toda la vida. Reyes y Rudy se estrenaban en esta Liga en la segunda parte y un evolucionado Dejan Todorovic ponía al Retabet 68-64 a menos de ocho minutos.

0-13 de parcial en 150 segundos

El Madrid se sintió entonces en peligró y reaccionó. Supo hacerlo. Defensa y velocidad para desatar un vendaval dirigido primero por Doncic y luego por Campazzo que en dos minutos y medio descerrajó un parcial de 0-13 (68-77). Carroll y Rudy en las alas y Randolph y Ayón en la pintura. El mexicano aparecía para resolver. Gran empleo defensivo ante un rival que suspendió cuando tocaba correr hacia atrás. Apenas un suspiro, 150 segundos que hicieron saltar el duelo por los aires. Campazzo se permitió poco después colgarse del aro en una cabalgada. Un mate con menos de 1,80 de altura. Al Madrid le queda tarea, cualquier lectura ahora puede ser válida. El Bilbao compite, como siempre.