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Randolph: "Me dijeron que si pisaba Nueva York me matarían"

El ala-pívot del Real Madrid denuncia los insultos racistas que recibió durante el Eurobasket y habla de un futuro que puede estar en la NBA.

Randolph: "Me dijeron que si pisaba Nueva York me matarían"
FELIPE SEVILLANODIARIO AS

Anthony Randolph debutó con Eslovenia en un torneo en el que acabó conquistando la medalla de oro con una brillante actuación del estadounidense: 11,7 puntos y 5,2 rebotes de media para uno de los escuderos interiores de Goran Dragic y Luka Doncic, los motores del nuevo campeón de Europa.

En uno de los mejores partidos de todo el torneo, el eléctrico duelo de cuartos de final contra Letonia (103-97), Randolph acabó expulsado tras un enfrentamiento con un Kristaps Porzingis al que el jugador del Real Madrid citó después fuera de la pista. Eso, ha asegurado en una entrevista para The Undefeated, provocó una catarata de ataques e insultos racistas para él a través de sus cuentas en las redes sociales: “Había insultos racistas de letones, turcos, de gente de Nueva York (Porzingis juega en unos Knicks en los que también jugó él), de todas partes… Decían que era una basura, que si pisaba Nueva York me matarían… No quise gastar energía en responder, elegí usarlo como motivación, concentrarme más en los siguientes partidos. Me sirvió para ganar la medalla de oro. Es curioso que gente mayorcita tengan sentimientos tan fuertes hacia alguien a quien ni siquiera conocen personalmente”.

Randolph, por su parte, no dio más importancia al encontronazo con Porzingis: “Al final no te peleas en la pista… es difícil que las cosas se salgan tanto de control. Es una pérdida de tiempo. Él es un gran jugador, un gran talento que ha hecho cosas muy especiales. Después del partido yo me fui a mi habitación del hotel, estuve con mi mujer y mi hija, cené y descansé. Tal y como son estos torneos, solo puedes pensar en el siguiente partido”.

A Eslovenia por Luka Doncic y Goran Dragic

En la entrevista, Randolph explica cómo acabó jugando para Eslovenia: “Había participado con Estados Unidos en un torneo menor en 2015 así que tuve que solicitar un permiso que luego enviamos a la FIBA. Luka Doncic es esloveno, Goran Dragic también y tengo el mismo agente que ellos (Rade Filipovich). Quería aprovechar el escaparate que podía suponer jugar con ellos dos y contra los mejores de Europa y algunas estrellas de la NBA. Primero pensé que no quería hacerlo, tu idea siempre es jugar con el país en el que has nacido. Quieres que sea algo especial. En mayo nos reunimos en Madrid, me dijeron que yo era la pieza que les faltaba para optar a las medallas. Hablé con mi equipo y finalmente decidimos que era lo mejor. No cobré, pero había ventajas: la exposición mediática y la obtención del pasaporte europeo. Eso es muy bueno para el Real Madrid, así pueden traer a otro jugador estadounidense. Muchas veces eso es lo que marca la diferencia para ganar los títulos. También me facilitará encontrar equipos en Europa cuando vaya cumpliendo años”.

Además, Randolph se llevó una gran impresión del país al que ahora representa: “Estuve casi todo el verano allí, más de un mes y medio. Es muy bonito. No es grande, pero es como de postal, con sus árboles, sus montañas… La gente es muy agradable. La primera vez que vi a personas negras me sorprendí. Luego me dijeron que había más. No pude hablar con ellos, les vi desde un coche cuando cruzaban la calle. Yo les miraba y ellos seguramente pensaban ‘¿y este qué está haciendo aquí?’”.

Le gustó el país y, claro, la celebración del oro: “Fue una locura. Todo el mundo vino a Turquía, colapsaron los aeropuertos para la final. Parecía que jugábamos en casa. Y al regresar había miles de personas esperando bajo la lluvia. Fue increíble: 30.000 personas mojándose, tocando tambores, gritando… Es una de las cosas más increíbles que he vivido. Me daban las gracias, me decían que no lo habrían logrado si no hubiera estado yo y que ya me consideraban una leyenda eslovena. Sentí el cariño de todo el mundo, fue increíble”.

El futuro deportivo podría estar en la NBA

El ala-pívot también se refirió a un futuro que pasa por el Real Madrid pero que podría incluir un regreso a la NBA a medio plazo: “Firmé por tres años con cláusulas anuales de salida a la NBA. Así que veremos qué pasa el próximo verano. No me veo volviendo esta temporada salvo que pasa algo muy raro… Me tiene que llegar, para empezar, una oferta por varios años. Estoy muy bien en el Real Madrid, me han hecho parte de su familia y estoy feliz. Si me quieren en la NBA, me tienen que dar también un rol importante. No voy a ir a chupar banquillo. No sé cuánta carrera me queda, así que lo que quiero es jugar al baloncesto lo máximo posible. Está claro que lo que se quiere es jugar contra los mejores. Me he encantado enfrentarme en el Eurobasket a los Gasol, a Porzingis… No digo que no haya talento también donde estoy ahora, que lo hay. Lo que digo es que si voy será para eso, no para poder simplemente que he regresado. Si no vuelvo a jugar en la NBA, estaré a gusto también. Estoy feliz donde estoy”.

Randolph reflexiona sobre lo que significa jugar fuera de su país de origen y en una ciudad como Madrid: “He podido jugar en sitios que pensaba que nunca visitaría, he hecho amigos de verdad, no solo compañeros, el ambiente familiar de los equipos europeos me ha ayudado en mi vida privada. Ahora soy un tipo más tranquilo, estoy feliz, he madurado. Me he casado, he sido padre… Lo que hice antes ya es pasado. Entiendo ya algo de español y Madrid es una ciudad magnífica. La gente es simpática, hay buena comida, buen vino… Tiene todo eso y también todo lo que tienen las ciudades estadounidenses. Mi hija con tres años habla un poco de inglés, de ruso y de español. Ha conocido distintas culturas… hay gente que no hace tanto en toda su vida”.

Y, por último, se refiere a Cristiano Rolando y al fenómeno del fútbol en Madrid y en Europa: “Apenas me he cruzado alguna vez con él, hemos hablado poco pero parece buen tío. Sé que trabaja muy duro, se ve por qué es uno de los mejores futbolistas de la historia. No quieres menospreciar a la NFL o la NBA, tienen los mejores aficionados del mundo. Pero el fútbol está a otro nivel. La gente vive y muere por su equipo. Madrid se vacía, literalmente, cuando hay un partido importante. Los partidos son geniales, es uno de los mejores deportes que hay. La cobertura es tremenda: retransmisiones, programas en los que analizan todo… Voy siempre que puedo, es una de mis aficiones”.