Un Lonzo Ball mágico explota ante LeBron James: 36+8+11+5

No estaba en la grada su padre, LaVar Ball, pero sí LeBron James, sentado al lado de Ben Simmons. Y no llevaba sus zapatillas BBB (Big Baller Brand) sino un modelo Nike de Kobe Bryant. Pero Lonzo Ball fue Lonzo Ball, el de UCLA, y la Liga de Verano de Las Vegas se rindió a un jugador especial, muy parecido al primer Jason Kidd. Uno de esos que hace que todo lo que hay a su alrededor mejor. Que solo necesitará que los Lakers se acostumbren a él, que jueguen rápido, que todos los jugadores se muevan… porque él los encontrará.

Los partidos de la Liga de Verano no sirven para sacar grandes conclusiones. Pero dan pistas. Sobre todo, eso dice la norma, con los jugadores más veteranos que no brillan… o con los rookies que lo hacen de forma especial. Lonzo, con todo lo que le rodea, fue la comidilla en su debut porque no le entró un tiro. De ahí pasó a un triple-doble en el segundo partido, a unas molestias que le dejaron sin medirse a Fox… y a su explosión ante los Sixers (103-102): 36 puntos, 8 rebotes, 11 asistencias, 5 robos, 2 tapones. 28 puntos en la segunda parte, en la que los Lakers remontaron 15 puntos. Los que metió él en el último cuarto, incluido el 2+1 que volteó un partido que había abierto a ritmo de pases de touchdown.

Alimentando al mejor Zubac de estos días (21 puntos), Lonzo volvió a fallar desde el perímetro (3/10) pero acabó con un 12/22 en tiros gracias a que por fin fue agresivo atacando el aro, buscando con mucha confianza sus puntos tras el descanso después de haberse pasado la primera parte generándolos para el resto del equipo. La baja por lesión de tobillo de Fultz nos dejó sin duelo entre los números 1y el 2 del pasado draft, y en los Sixers vimos muy cómodo a Furkan Korkmaz (19 puntos). Pero era el día de Lonzo… y el día del primer partido de 30 puntos en 10 asistencias en al menos los últimos trece años dela Summer League.