A poco más de dos meses de cumplir 40 años, Manu Ginóbili juega sus decimocuartos playoffs y trata de aportar en lo que su equipo necesita. No siempre es en pista: sus compañeros le reconocieron su papel como líder templado y férreo tras la lesión de Tony Parker. Pero también es todavía capaz de liberar al Manudona de antaño en situaciones de necesidad para los Spurs. Así fue en el quinto partido contra los Rockets, en el que la lesión de Kawhi Leonard puso en jaque a un equipo que se aferró entonces al escolta argentino: más de 31 minutos en pista, 12 puntos, 7 rebotes, 5 asistencias, ninguna pérdida, la canasta en penetración marca de la casa que puso un 101-101 que ya no se movió en el tiempo reglamentario… y el tapón a James Harden en el último instante de la prórroga para anular el intento de triple de la estrella rival. El tiro se fue al limbo y el 110-107 ya no se movió del marcador.

Ginóbili tuvo que recuperar desde atrás y metió el brazo para evitar el tiro de Harden. Es la cuarta vez en su carrera que pone un tapón decisivo en el último instante. Harden se suma a una lista ilustre: Ray Allen, Kobe Bryant y Kevin Love: “Sé que corrí un riesgo importante porque podía haberle hecho falta, pero dejarle tirar también suponía mucho riesgo. No pensé en nada, sé cómo tira y traté de molestarle lo máximo posible, pero luego vi la opción de taponar y fui a por ello”.

Después del partido, Popovich reconoció la decisiva actuación de Manudona: “Se echó el equipo a la espalda y jugó al nivel de sus mejores años. Fue nuestro líder”. Y fue sin duda el mejor partido de Ginóbili en estos playoffs 2017, en los que no ha anotado en cinco partidos (incluidos los cuatro primeros contra los Grizzlies) pero en los que ha podido salvar más de media temporada de los Spurs en este épico quinto partido ante los Rockets.