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ANÁLISIS

El nuevo doble reto de Pau Gasol en los Spurs: suplente y tirador

“Simplemente trato de sobrevivir", explica el líder de la segunda unidad de San Antonio y el triplista más certero de toda la NBA desde el All Star.

Pau Gasol, jugador de los San Antonio Spurs.
CRAIG LASSIGEFE

El 25 de octubre de 2016 Pau Gasol vistió por primera en partido oficial la camiseta de los Spurs, su cuarto equipo a lo largo de un viaje de 16 temporadas por la mejor Liga de baloncesto del planeta. Aquella noche, en Oakland, San Antonio dio un golpe encima de la mesa en un encuentro especial por tres motivos. Kevin Durant se estrenaba con los Warriors tras conmocionar la Liga en verano a la par que Popovich dirigía a los texanos por primera vez desde la retirada de Tim Duncan. Una expectación aún mayor en España, donde había muchas ganas por ver a Pau en ese equipo que no conoce el paso del tiempo. Falto de ritmo y aún en proceso de adaptación, el pívot catalán firmó una de sus peores hojas estadísticas: 2 puntos y 4 rebotes. Algo completamente normal para un recién llegado, si bien empezamos a ver los primeros síntomas ofrecidos por su cohabitación en la cancha junto a Kawhi Leonard (una superestrella que cada vez necesita más el balón) y LaMarcus Aldridge, excelente ala-pívot de condiciones muy similares a las de un Pau convertido en tercera referencia ofensiva y alejado de su zona habitual de influencia.

Fueron transcurriendo las semanas y los Spurs continuaron ganando partidos como quien no quiere la cosa. Hasta que el 17 de enero, durante el calentamiento previo a la visita de los Nuggets, de la forma más tonta un choque con su compañero Kyle Anderson le mandó al quirófano. Acaba de fracturarse el cuarto hueso metacarpiano de la mano izquierda. Su fecha de regreso se fijó para después del All Star. Mientras tanto, los Spurs siguieron a lo suyo: sumando victorias. El 24 de febrero regresó en el Staples, una pista que él conoce como nadie. Aquel duelo ante los Clippers resuelto, cómo no, positivamente iba a marcar un antes y un después en su aventura en San Antonio. Partió desde el banquillo y endosó a los de Doc Rivers un 3/3 en triples.

Líder de la segunda unidad

En un principio, que saltara desde el banco parecía lo más lógico. Llevaba más de un mes sin vestirse de corto y como jugador veterano que es (cumplirá 37 años el próximo julio) siempre cuesta más entrar en dinámica. Sin embargo esa suplencia se ha acabado convirtiendo en algo habitual. Tanto, que se ha quedado fuera del quinteto en los últimos 18 partidos desde su retorno cuando en los 39 primeros lo hizo como titular en los Spurs. Esta decisión de Popovich responde a dos razones: otorgarle un mayor protagonismo en el juego —como indicábamos al comienzo del artículo— y mejorar las prestaciones defensivas del equipo. Dos conceptos relacionados entre sí. Pese a comerse cierto terreno, la pareja interior que forma junto a Aldridge logra marcar diferencias en ataque. No así en defensa. La de proteger el aro propio no es precisamente la principal virtud de ninguno de ambos. Una exposición que aumenta cuando interiores más versátiles les sacan fuera de la zona. Al mismo tiempo, la jerarquía de Pau se resentía bajo la sombra de LaMarcus al poste. Popovich aprovechó la baja del primero para dar con la solución. Sacar a Dedmon, un pívot mucho más atlético, ágil y con un buen desplazamiento lateral, como titular y otorgarle a Gasol los galones de líder de la segunda unidad junto a Ginóbili.

En esas está ahora el internacional español. Y a juzgar por los números no le va mal. Como titular promediaba 11,7 puntos, 7,9 rebotes y 2,7 asistencias en 26,4 minutos. Desde que parte del banquillo, su tiempo de juego apenas ha decrecido (23,6 minutos) al tiempo que su producción sí ha mejorado: 13,8 puntos, 7,7 rebotes y 1,7 asistencias. “Tengo que entender que lo que es mejor para el equipo no tiene por qué ser individualmente lo mejor para mí. Ahora empiezo el partido cinco o seis minutos más tarde”, explicaba hace unas semanas al respecto. Comentario en el que dejaba intuir su preferencia (salir de inicio, como hizo en todos sus 1094 partidos de Regular Season salvo en 13), al tiempo que mostraba su gran profesionalidad acatando las órdenes del único jefe que hay en San Antonio: Gregg Popovich.

Pau, ‘for three’

En los últimos campeonatos con la Selección, como en sus primeros pasos en la ACB, Gasol ha demostrado su buena muñeca cuando las circunstancias así lo han requerido. No obstante los triples eran un recurso puntual en su juego, no habitual. Algo que ha ido convirtiendo en tendencia desde el regreso de su lesión. En esos 18 encuentros únicamente no lanzó de tres en uno (tira 2,5 por encuentro) y cantó al menos un bingo en 15 de ellos. En total, un 27/45 en triples que le reporta un increíble 60% de acierto. Tan certero que lidera esta clasificación desde el parón por el All Star entre aquellos jugadores que intentan un mínimo de dos por noche.

Una nueva faceta de triplista que le permite castigar a cualquier interior que le flote. Las características del juego de los Spurs, presidido por el constante movimiento de balón en busca del extra pass, hace que el balón le llegue a menudo cuando se encuentra frontalmente mirando al aro desde la línea de tres. Así que si el defensor decide no salir, Pau no se lo piensa y dispara. “No nos hemos sentado con él para decirle que ahora tiene que tirar triples. Francamente, no lo esperábamos. En parte responde a una necesidad de ocupar el espacio cuando Aldridge está en pista junto él. Ha decidido evolucionar de esa manera teniendo éxito. Así que por nosotros que siga así”, comenta Popovich al respecto. Más lacónico se muestra el protagonista: “Simplemente trato de sobrevivir en una Liga que no para de evolucionar”. Reciclarse o morir. Pau Gasol, cuando el talento se pone al servicio de la inteligencia.