Rondo, sobre Ray Allen: "Irte con el enemigo es algo inaudito en el deporte. Bueno, ahora ya no"
Rajon Rondo cuenta en 'The Undefeated' que está organizando una fiesta conmemorativa del anillo de los Celtics en 2008 a la que el escolta no ha sido invitado.
El 17 de junio de 2008 los Celtics ganaron su decimoséptimo y hasta ahora último anillo, poniendo así fin a una sequía de 22 años. Tras el adiós de los Larry Bird, Robert Parish, Kevin McHale y compañía los orgullosos verdes iniciaron un largo y oscuro peregrinar por el desierto que se prolongó hasta el verano de 2007. Fue entonces cuando Danny Ainge rescató a la franquicia de la nada juntando a Paul Pierce en Boston junto a Ray Allen y Kevin Garnett. Un Big Three de futuros hall of famers dirigido por Doc Rivers y al que se les sumó un joven base llamado Rajon Rondo. Todos ellos fueron los grandes partícipes del 66-16 cosechado en la Temporada Regular 2007-08 y un exitoso viaje por los playoffs que concluyó con el 4-2 logrado en las Finales ante su rival por excelencia, los Lakers. Más de dos décadas después, los Celtics volvían a mandar en la NBA.
“El próximo año se cumplirá el décimo aniversario de aquel triunfo, pero quiero que sea este verano cuando lo celebremos. Nos juntaremos, disfrutaremos de la vida y nos pondremos al corriente los unos con los otros”, explica Rajon Rondo en un artículo recientemente publicado en ‘The Undefeated’. Es el actual jugador de los Bulls quien ha organizado esta reunión en un lugar aún por determinar (únicamente se conoce que se desarrollará fuera de Estados Unidos) entre los miembros de aquel equipo que tan buenas migas hizo fuera de la cancha. Con la excepción de un Ray Allen que ni siquiera ha sido invitado.
Tras disputar dos Finales y caer en una final de Conferencia, el máximo triplista de la historia decidió poner punto y final cinco temporadas con los verdes firmando el 12 de julio de 2012 por los Miami Heat. No solo declinó la oferta de Boston —mejor en lo económico—, sino que unió sus fuerzas con el verdugo de aquellos Celtics en los playoffs 2011 y 2012. Un acto le convirtió en persona non grata en Boston. Pese a que la relación personal de Allen con Rondo y Garnett nunca fue la mejor, los pesos pesados de su antiguo vestuario pasaron a verle como un “traidor”. Han transcurrido casi cinco años desde entonces, Ray no ha vuelto a jugar un partido desde junio de 2014, pero las aguas siguen sin volver a su cauce. De nada han servido los recientes intentos del proscrito (ha declarado que el ‘celtic’ Isaiah Thomas merece ganar el MVP de la presente temporada) por tratar de reconducir la situación.
La futura fiesta para rememorar la gesta de aquel equipo podría parecer la ocasión perfecta para cerrar viejas rencillas y quedarse con los buenos momentos del pasado. Pero su organizador descarta esta posibilidad. “Es lo que es”, expresa en el texto firmado Marc J. Spears. “No sabría con qué compararla, pero no fue la separación soñada. No fue lo mejor que como equipo nos podría haber ocurrido. Afectó a nuestros lazos porque estábamos en guerra con esos tipos (los jugadores de Miami Heat). Irte con el enemigo es algo inaudito en el mundo del deporte. Bueno, ahora ya no. Desgraciadamente empieza a ser algo común hoy en día”, expone Rondo a la par que critica, por ejemplo, la decisión de Kevin Durant de firmar por los Warriors semanas después de caer ante ellos con sus Thunder por 4-3 en la última final del Oeste.
Al margen de este dardo envenenado, Rondo prosigue con su explicación: “Dada la mentalidad que teníamos como equipo, costaba imaginarse algo así. Te hace cuestionarte hasta lo sucedido en las Finales. ¿Con quién ibas realmente? No sangrabas verde. La gente dirá que él y yo no teníamos un buen trato. Es cierto, pero no se trata sólo de mí. Llamé a varios de nuestros veteranos para preguntarles qué querían hacer con esta situación. Me dijeron que dejara la cosa como estaba (con Allen excluido de la conmemoración)”. El base, uno de los tres jugadores aún en activo de los Celtics 2007-08 junto a Paul Pierce y Tony Allen, recalca que sí le habría invitado de habérselo pedido el grupo. Pese al rechazo, el escolta aún sigue teniendo cierta simpatía de algunos de sus excompañeros. Tal es el caso de Leon Powe, quien trabaja actualmente en la equipo de scouting de los Celtics. “Es uno de mis chicos, preferiría que se le invitara”, admite. Es más, antes de conocer dicho rechazo habló con él y le comentó la idea. Ray Allen le dijo que contaran con él… antes de saber que su nombre no estaba incluido en la lista de invitados.
A día de hoy Rondo ha contactado con el resto de sus compañeros salvo con un P.J. Brown prácticamente ilocalizable. Pero Rondo no tira la toalla: “Debería lograr contactar con su mujer. Así podré hablar con él”. “Creíamos y nos apoyábamos los unos a los otros. Había un único objetivo”, recuerda el maestro de ceremonias que reunirá este verano a los miembros de aquel equipo agrupado en torno a Doc Rivers. Una fiesta por todo lo alto en la que no estará uno de los principales artífices del éxito de aquella familia, Ray Allen.