Abrines no falla (11) y Westbrook aplasta: 43+11+10 a los Jazz

Westbrook, Westbrook, Westbrook. Sobredosis de Russell Westbrook cada vez que juega Oklahoma City Thunder. Y un milagro cada vez que su equipo lo necesita. Esta vez ante los Jazz (109-106), en duelo de absolutos huesos duros de roer en el Oeste, y con otro final estruendoso para el jugador que más canastas mete, más puntos promedia y mejor +/- alcanza de toda la NBA en finales igualados. Desde el ecuador del último cuarto, los Thunder encajaron un 2-12 en cuatro minutos (esa única canasta de Westbrook, claro) que los dejó en un 96-99 que era 98-102 ya en los últimos dos minutos. Pero en ese tiempo Westbrook enlazó 12 puntos más: dos tiros libres, un triples, un 2+1 en transición… el terremoto nuestro de cada día para 43 puntos, 11 rebotes y 10 asistencias.

Y los Thunder ganaron y están 35-25, séptimos del Oeste pero sin alejarse de estos Jazz que son cuartos (37-23) y que vieron como Gordon Hayward (19 puntos) fallaba el triple que habría forzado la prórroga. Los Thunder encadenan cuatro victorias seguidas… con cuatro triples-dobles de Westbrook, que alcanza los 30 esta temporada y los 67 en su carrera. Y que en esos cuatro partidos, con el All Star en medio, ha promediado 34,7 puntos, 13,5 rebotes y 12,5 asistencias. Este fue además su quinto triple-doble de la temporada con al menos 40 anotados anotados. James Harden lleva los mismos. Hasta este verano era algo que solo había logrado Oscar Robertson. Con su siguiente triple-doble, RW alcanzará los 31 de Wilt Chamberlain en la temporada 1967-68. Por delante ya solo estará entonces el propio Robertson: 41 en la 61-62.

Álex Abrines volvió a aprovechar de maravilla sus minutos como titular (26 esta vez): 11 puntos sin fallo, 4/4 en tiros, 3/3 en triples. Kanter, de vuelta, sumó 15 puntos y 9 rebotes y los nuevos se hicieron sentir, Gibson en defensa y McDermott en ataque (16 puntos, 4/6 en triples). Un 15/22 en tiros de tres es una excelente noticia para los Thunder, que en cuanto abren la pista multiplican la pegada de ese martillo neumático llamado Russell Westbrook que tiene a su equipo, a ritmo de superhombre, mucho más allá de donde muchos lo imaginábamos. Y se acercan los playoffs.