El orgullo taronja vale la Euroliga

Estuvo muy cerca. Más cerca de lo que parece. Los jugadores del Madrid jugaron un excelso partido y aún así, tuvieron hasta el final el aliento en la nuca de un equipo taronja que nunca se rinde. Las caras de los madridistas, tras el partido, eran más de alivio que de alegría. ¿Y si los árbitros hubieran considerado antideportiva la falta de Taylor a Dubljevic? Quizás la Copa del 'campo atrás' luciría ahora en las vitrinas de la Fonteta. Valencia Basket completó una Copa del Rey sobresaliente. Llull, otra vez Llull, le hincó la espada a los de Pedro Martínez. Esta vez no fue de 'chamba' desde campo propio. Fueron ocho puntos seguidos con dos triples estratosféricos en los minutos de la verdad los que impidieron la gloria a los taronjas.

Perder una final siempre duele. Mucho. Pero lo que viene por delante a Valencia Basket puede servir de consuelo. La Copa hacía ilusión, sí. Pero las que van a hacer conseguir el objetivo final o no al equipo taronja son la Eurocup y la Liga Endesa. La meta es jugar la Euroliga el año que viene. Y los caminos son dos: ganar la Eurocup (ya está en cuartos de final como mejor equipo de la competición) o acabar la Liga como mejor equipo sin contar Real Madrid, Barcelona y Baskonia, con plaza fija. Hoy toca lamentarse, vale. Pero a partir de mañana, la brillante Copa debe servir para afianzarse en la idea de que Valencia Basket es un equipo duro, compacto, y sobre todo con mucho orgullo... El resto lo ponen la calidad de sus hombres (pedazo de Copa de Dubljevic), y la sapiencia de Pedro Martínez. Queda mucho para el final de temporada. Pero de seguir la línea que han mostrado en Vitoria, la temporada dará muchas alegrías.

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