LeBron James sabe cómo recibirá Oklahoma a Kevin Durant
En la madrugada del sábado al domingo (02:30, hora española), los Golden State Warriors jugarán frente a los Thunder, el exequipo del alero de Washington.
Kevin Durant se enfrentará en la madrugada del sábado al domingo (02:30, hora española) a sus fantasmas. Ese día, el alero jugará en Oklahoma, la ciudad que le acogió durante ocho temporadas (nueve en la franquicia si contamos su estancia en Seattle), por primer vez desde que se marchó a Golden State Warriors y el mundo está expectante por cómo será recibido. Un reencuentro que nos lleva a tiempos pasados: al primer día de LeBron James en Cleveland con la camiseta de los Miami Heat.
Fue un 2 de diciembre de 2010. Meses antes (8 de julio), el cuatro veces MVP dijo en el esperpéntico programa The Decision, las seis palabras que derrumbarían Cleveland: "Tanking muy talents to South Beach ("Me llevo mi talento a South Beach")". Lagrimas, insultos y camisetas quemadas con el 23 de LeBron tiñeron la realidad de Ohio y el recibimiento del Quicken Loans Arena ese día fue atronaron en contra de su antiguo Rey. "¡Akron te odia!", fue uno de los cánticos menos ofensivos que escuchó James en un duelo en el que no olvidó ni sus rituales (lanzó la tiza al cielo) ni su talento (38 puntos, 5 rebotes y 3 asistencias).
"The Lyin 'King". El rey mentiroso fue uno de los principales lemas para los aficionados de los Cavs. Camisetas y carteles contenían esa frase, acompañada de un LeBron disfrazado en Simba. Nadie le perdonaba su adiós. Ni Cleveland ni el mundo del baloncesto. Era considerado un traidor por todos. "Mis intenciones no eran lastimar a nadie", declaró a la TNT tras el partido. "Entiendo la frustración. Entiendo que las cosas podrían haber sido un poco diferentes, pero sigo avanzando".
Pero al margen de abucheos y pancartas más o menos insultantes, más o menos originales, no hubo problemas más elevados. Las autoridades siempre temieron que las cosas se desquiciaran, pero durante las cuatro temporadas que James pasó en los Heat, nunca hubo ningún contratiempo fuera de lo común. Bueno, en 2013, un aficionado saltó a la cancha para pedir su regreso. No hubo violencia, solo un ruego que se cumplió durante el verano de 2014: "I'coming home", un vuelvo a casa que le redimió y que fue culminado con el título de campeón de la pasada campaña. El primero para Ohio en más de 50 años, el primero en la historia de la franquicia.
Por eso, y como señala Matt Moore, en el momento que el Chesapeake Energy Arena escuche el nombre de Durant, los silbidos y abucheos reinarán el pabellón. Al igual que cada vez que coja el balón. Pero ya. "Esa multitud se quedará ahí", escribe para CBS. "No hay preocupación por su seguridad. James abrió un camino incómodo, doloroso y feo hasta que saldó su cuenta en 2012 (su primer anillo). Ese trayecto recorrido por LeBron lo hace más fácil para Durant. Él atravesó el fuego para que Durant solo tenga que lidiar con las brasas. Todavía puede picar, pero el humo se ha despejado".