Los Lakers organizan partidos entre policías y jóvenes de barrio
El equipo angelino organiza partidos entre agentes de policía y jóvenes de entre 16 y 25 años para romper barreras dentro de su comunidad.
El periodista Kevin Ding cuenta en Bleacher Report como los Lakers han pasado a la acción en un intento por poner su grano de arena en un momento de tanta tensión racial en Estados Unidos, más tras la turbulenta campaña electoral que ha acabado con Donald Trump en la presidencia: la franquicia angelina ha cedido sus instalaciones para que policías de Los Angeles jueguen los fines de semana partidos de baloncesto contra jóvenes de la ciudad de entre 16 y 25 años.
Estos chicos, mayoritariamente de raza negra o latina, tienen también ocasión de hablar con jugadores de la plantilla angelina, como un Tariq Black criado en un lugar que es zona de guerra racial: North Memphis, el norte de la ciudad de Tennessee. Black vivió bajo los mismos estigmas de aquellos a los que se dirige pero ahora gana más de seis millones de dólares al año, completó sus estudios, tiene un máster en cultura afroamericana y está a punto de obtener el título para trabajar como agente inmobiliario. Además, Black, tal y como cuenta Ding, tiene un mensaje para esos jóvenes: “Mi primer entrenador y mentor fue un oficial de policía”.
Quienes asisten a estos partidos aseguran que la interacción entre ambos bandos es excelente y que es a los encuentros les siguen largas y generalmente animadas charlas. Lo confirma el oficial Christopher Baker: “Las primeras semanas se podía palpar la separación que había entre policías y comunidad. Y también se nota claramente como eso se va superando, cualquiera que se fije un poco lo puede notar".
Y esa era, claro, la idea principal de Jason McDevitt, director de relaciones con la comunidad de los Lakers y padre del programa ‘Building Bridges with Basketball’ (construyendo puentes a través del baloncesto). La idea encantó también a Mitch Kupchak, Luke Walton y veteranos como Metta World Peace, Nick Young y Lou Williams. Y Julius Randle lo confirmó al publicitar la iniciativa en su discurso al público en el primer partido de la temporada en el Staples, contra Houston Rockets. Por eso una jueza del Tribunal Supremo como Leslie Brown recibe a los chicos con una gorra de los Lakers, les enseña los juzgados, responde a sus inquietudes y les deja ver, también, los guiños a los Lakers y Magic Johnson que tiene en su despacho.
Los policías que juegan esos partidos patrullan después los barrios en los que viven sus rivales en la cancha. Su relación irá más allá, se extenderá a la vida real. Son partidos, para hacerlos definitivamente valiosos, a los que nadie acude obligado: actividad voluntaria para los policías e igualmente opcional para los jóvenes, que seguramente pasarían la tarde de otra manera jugando al baloncesto en las canchas de Washingon Park, al lado de Compton. Baker lo tiene claro: “El éxito de un cuerpo de policía está absolutamente relacionado con el nivel de apoyo y cooperación que recibe de la gente a la que tiene que servir”.