Mumbrú lo borda en plan MVP ante un triste colista

El Bilbao recuperó las buenas sensaciones a costa de un Manresa que cuajó el peor partido de la temporada y dejó muy claro que si hay descensos esta campaña, que tal vez uno puede caer, nadie más favorito que él. Una amalgama de jugadores de procedencia diversa, algunos sin alma ni orgullo, desataron el malestar de su técnico Ibón Navarro, especialmente con Andric, su discípulo con mejor currículo que arrastraba un esguince de tobillo y estuvo más al ruido que a las nueces: “Algunos quieren tener un respeto de la Liga que todavía no nos hemos ganado. Por mucha Euroliga que hayas jugado, a ver si nos preocupamos más de nuestras cosas y menos de los árbitros. Tenemos que cambiar esto porque se nos olvida lo que somos si no”, soltó con gesto muy serio. Los manresanos llevan 12 derrotas en Bilbao, donde no mojan desde los tiempos del Caja, es la única pista que se les sigue resistiendo.

Algo así tendría que recetar el médico cuando te duele el baloncesto. Para ser lo que uno quiere hay que poner mucho de tu parte, pero también encontrarse con un bombón como este ingenuo colista. El RETAbet estuvo confortable, supo pasarse bien el balón, reboteó como nunca en ataque ante un equipo corto de centímetros y voló como sabe a campo abierto. Los bases cuajaron un buen papel. Salgado tuvo más incidencia que nunca este año en el juego y Borg dio un paso evidente en su reconversión al puesto de uno. Hasta pudo dar unos minutos a Tabu, de vuelta tras la lesión. Cogió el carril bueno sin desgastarse mucho de cara a la vital cita del miércoles en Eurocup en Berlín.

El Manresa, según definición de su propio técnico, fue un azucarillo en el infierno de Miribilla. Tres minutos del segundo cuarto de penosa desconcentración en defensa permitió a los locales coger una diferencia ya definitiva. Así que Navarro pasó de los que estaban más a anotar que a cortar la hemorragia atrás y tiró de los que querían sudar. La puesta en escena del RETAbet tenía que ser contundente, furibunda, el equipo estaba en alerta. En ese ímpetu, Hervelle cometió dos faltas, protestó airadamente y le pitaron técnica: duró tres minutos y medio en pista. Nikolic fue la última rotación. Salió perfectamente adoctrinado: si lo suyo son los tiros abiertos, pues a darle garrote. Nada más saltar al campo se tiró un par de supercanastas que conectaron al equipo en el segundo y definitivo arreón, hacia un 12-2, con técnica a Andric por medio por soltar la lengua (36-21). Salgado también embocó una canasta lejana y Lapornik, con buenos minutos saliendo de la trastienda, hizo un gran aro pasado para cerrar el pequeño correctivo.

Es curioso, el partido era suave, de perfil bajo en cuanto a intensidad, pero ya se había cobrado dos técnicas por protestar, que suponían la tercera falta en ambos casos. El tema es que Manresa anda muy escaso de centímetros y la faena del veterano pívot internacional croata les dejó tocados, aunque siguieron haciendo la goma con la sana intención de no descolgarse (44-34), hasta que esta cedió. Su estrategia era tejer lo que antes otros muchos han hecho en ese 1-6 que llevaba el RETAbet hasta la visita del colista: generar desajustes a partir del bloqueo directo y romper desde fuera para meter bandejas.

Esta vez el Bilbao, el equipo que más balones pierde en la ACB, protegió más la herramienta de trabajo. Con una cerró el primer cuarto. Se hizo más reconocible en cuanto a tiros de Bamforth (mucho más suelto y demostrando que fue el mejor jugador de octubre, tal y como atestiguaba el galardón que le dieron antes de empezar), la referencia de Mumbrú y el protagonismo de Eric, pero aún tuvo fases de apagón. Mendia salió con el recado de aportar intensidad y cumplió su papel. El inicio del tercer cuarto dejó ya todo visto para sentencia. En ese clásico ya instituido en ACB de corte de Hervelle por línea de fondo para cogerla a cinco metros y lanzar un ‘alley oop’ a un Mumbrú rápido al aro, se puso el debate en 52-36, que creció a 55-36 tras un triple Bamforth.

A falta de 14:33, Tabu pudo ir cogiendo ritmo e inmediatamente llegó un triple de Mumbrú, excelso, camino del MVP de la jornada. 67-43, 70-43… Bajó luego de revoluciones el equipo local con el base belga y a falta de 7:24 se estrechó la distancia: 76-63. Así que Duran tuvo que meter de nuevo a los veteranos, Mumbrú y Hervelle, Más Eric, para recuperar el quinteto titular cuando el pulso parecía sobrar emoción: 79 66. El nigeriano empezó el recital: un aro pasado, tapón a Aranitovic, mates, rebotes… una locura. Navarro, a esas alturas visiblemente mosqueado, puso a Montañez un rato de base (recogió los aplausos de una ciudad que no le olvida posiblemente en los últimos metros de su carrera) y trató de manejar un final digno. Mumbrú salió casi a hombros: 36 de valoración, camino del MVP y a cuatro rebotes de ser el máximo histórico en esa faceta del Bilbao, superando a Banic. A sus 37 años, cerró la planilla estadística con 22 puntos (4/6 en tiros de tres), 8 rebotes, 7 asistencias y 5 robos. Y eso que falló dos tiros libres al final que le habrían llevado a 40 de valoración. 

EL MÁS VETERANO