Un verano movido y la apuesta definitiva por Dennis Schröder

No ha sido un verano tan tranquilo como el anterior el que han tenido en Atlanta. Especialmente a comienzos del mismo. Justo antes del draft, Wes Wilcox tomó la primera decisión trascendental… aunque se viese venir. Traspasó a Jeff Teague para hacerse con la primera ronda de los Jazz (empleada en un Taurean Prince que podría convertirse en el próximo DeMarre Carrol) y apostar por el explosivo Schröder como nuevo timón del ataque. Además, en la ceremonia de elección de novatos se hicieron también con los servicios de DeAndre Bembry (pick 21). El alero perdió a su hermano menor justo dos semanas antes de aquella noche. Murió de un disparo cuando trataba de mediar en una pela. Pero mejor seguir con los asuntos meramente deportivos.

Kent Bazemore vio recompensada su buena temporada anterior con un contrato de 70 millones de dólares y cuatro temporadas. Más modesta fue la renovación del veterano Khris Humphries (13 y 3). Pero la continuidad que realmente les hubiese gustado sellar en la franquicia de la ciudad de la Coca-Cola es la de Al Horford. En los despachos del Philips Arena confiaban en retenerle, pero el center dominicano decidió dar un viraje a su carrera y recalar en Boston. Con espacio salarial suficiente, los halcones no se lo pensaron y decidieron abrirle las puertas de su ciudad a Dwight Howard. Para las aspiraciones económicas que tenía en mente el tres veces ‘Mejor Defensor’ de la temporada, los 70,5 kilos y tres años que firmó se perciben como una buena maniobra. Completan los movimientos realizados la llegada de un Jarret Jack que parece recuperado de su lesión —rotura de ligamentos en la rodilla derecha— por el mínimo de veteranos y de un Malcolm Delaney que brilló la pasada temporada en la Euroliga con el Lokomotiv Kuban, donde compartió vestuario con dos ex NBA: Anthony Randolph (Real Madrid) y Víctor Claver (Barcelona Lassa).

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