Nuggets: el peligroso equilibrio entre potencial y resultados

Hay un muy peligroso punto de equilibrio entre juventud, potencial para el futuro y resultados que define a las plantillas de la NBA cuando se pasan dos o tres años por debajo de las 30 victorias. En ese punto ya se ha ofendido lo suficiente a los aficionados propios, ya se ha echado del League Pass a los ajenos y ya se ha caído en las fosas del draft para escoger a dos o tres tipos llamados a ser el futuro de la franquicia.

Es entonces cuando vuelven los abonados al campo, la prensa de la ciudad echa las campanas al vuelo en septiembre y el equipo comienza a aparecer en las listas League Pass, esas que hacemos para decir que equipos malos queremos ver de entrada porque son excitantes.

Es un mal lugar para estar, queridos Denver Nuggets, pero es exactamente en el que estáis.

Es un mal lugar porque las expectativas no suelen ser realistas. Ni siquiera con estrellas como DeMarcus Cousins, John Wall, Anthony Davis, etc. lo es. Y eso no va a impedir que se mire al equipo y se les pregunte: “¿qué, otra vez a perder cerca de 50 partidos?” y, si la respuesta es positiva, se corre el riesgo de perder los pequeños avances y volver al círculo demoníaco de la decepción y la desesperación.

En Denver aún lloran los años de George Karl como entrenador, de Masai Ujiri como general manager, y rezan para que lo que están construyendo funcione. Pero la verdad es que la pinta es mala. No porque no hayan drafteado una legítima cantidad de talento, que ya veremos hacia donde derrota, sino porque, de verdad, es muy pronto para pedirles nada. Por eso lo más lógico es esperar de ellos una temporada discreta con mejoras marginales en varios de sus notables jugadores jóvenes y esperar a tiempos mejores. Algo muy duro de pedir a unos aficionados que creen que sus chavales ya están para liderar algo en esta NBA... y no.

Para nosotros, obviamente, hay un punto de interés claro en el debut de Juancho Hernangómez en la liga. Se meterá en una rotación interior que está llena de talento, de juventud y que puede ser capaz de construir algo especial a poco que les acompañen los exteriores. Así que nos pondremos de vez en cuando a los Nuggets, como antaño vimos a los Jazz de Raúl o a los Raptors del primer Calderón, con ilusión y a ver qué tal… y nos encontraremos lo que nos encontraremos. Como los fans de Denver, sería justo que mantuviésemos a raya unas expectativas que no se van a cumplir.

No este año, al menos, no aún. Un poco más de tiempo, Nuggets, un poco más de tiempo.