FINALES NBA 2016 | GOLDEN STATE WARRIORS - CLEVELAND CAVALIERS (3-3)
¿Y tú dónde estabas cuando Curry y LeBron jugaron el séptimo partido de las Finales?
Warriors y Cavaliers se juegan el anillo de campeón en un partido con todos los ingredientes para pasar a la historia. Los precedentes, con los de la Bahía.
Hay partidos que entran en la historia de repente, sin que nadie los estuviera esperando. Récords, hechos excepcionales… a otros los acompaña una alerta que exige vigilancia y precaución: pueden suceder cosas. Pero hay partidos, solo unos pocos, los mejores, que llevan escrita su trascendencia en la frente, que son una cita segura con la historia, gane quien gane y pase lo que pase. Hoy (02:00, Cero y Canal+ Deportes) los Warriors y los Cavaliers se juegan el título en un séptimo encuentro al que parecía imposible llegar. Un anillo por encima de todo pero mucho más que eso: Stephen Curry contra LeBron James, el legado de un jugador generacional contra el final, heroico o amargo, a la temporada de los récords del equipo de los récords. Este es uno de esos partidos que siempre recordarás dónde y cómo lo viste. Siempre.
Con los precios de las entradas disparándose hasta niveles históricos, y con la cuestión de si el público tendrá el dinero de San Francisco o el corazón de Oakland (porque esta vez los Warriors necesitan lo segundo), LeBron juega un partido en el que él es la gran baza contra la historia para unos Cavaliers que nunca han jugado para ser campeones y que pueden acabar con 52 años de maldición de los equipos profesionales de Cleveland. Pero la historia es tozuda: nunca se ha remontado un 3-1 en una Final y los Game 7 son ecosistemas propios en los el factor cancha es trascendental: 18 en Finales, 15-3 para los locales... y el último triunfo visitante en 1978 (Washington Bullets).
También 18 séptimos en toda la historia de los playoffs con el vigente MVP en pista… y 18 victorias para su equipo. Los Warriors, por lo demás, no han perdido tres partidos seguidos desde que les entrena Steve Kerr. La última vez, en noviembre de 2013. Y con Curry, que en esa tanda se perdió dos, desde febrero del mismo año. Son los Warriors del 73-9, los de las 88 victorias en una temporada. Son los Warriors del nunca visto… enfrentados a un colapso que también sería único, legendario en su terreno: una tragedia.
Porque los Warriors solo necesitan ser los Warriors para partir como muy favoritos pero no sabemos hasta qué punto pueden volver a serlo cuando solo lo necesitan 48 minutos más. No tienen a Andrew Bogut y Andre Iguodala jugará pero, asunto crucial, con la espalda entre algodones. A Harrison Barnes se le ha olvidado tirar (2/22 entre los partidos quinto y sexto) justo cuando LeBron ha vuelto a meter triples y la mala racha de todo el equipo en lanzamientos que ha metido todo el año con los ojos cerrados ha mermado drásticamente la productividad de ese quinteto pequeño al que se ha apodado quinteto de la muerte... pero que de pronto ha colapsado por falta de espacios.
Contra eso, un LeBron que lidera en puntos, rebotes, asistencias, tapones y robos una Final cuyo marcador es 610-610 después de seis partidos resueltos, nunca había sucedido, siempre por más de diez puntos de diferencia. Que ha volteado la Final, con Kyrie Irving y Tristan Thompson como escuderos, cuando Tyronn Lue cambió el estilo colectivo que el que arrasó los playoffs del Este por una gravitación absoluta en torno a él. Con menos pases, las mayores virtudes de la defensa de ajustes de los Warriors se minimizan. Y las pérdidas de balón también: en los dos últimos partidos LeBron ha tocado la bola 188 veces y la ha perdido… 3. Entre los partidos segundo, tercero y cuarto había acumulado 19 pérdidas. Haciendo de la necesidad virtud, los Cavs han simplificado su plan y reducido su juego a opción básicas pero funcionales. Y les ha resultado. Por la producción bohemia de Irving y la albañilería de Thompson. Pero básicamente por la resistencia colosal de LeBron James, que vuelve a negarse a morir. Esta vez hasta el último partido de la temporada.
Los séptimos en Finales son una especie exótica: este va a ser solo el sexto de los últimos 30 años. En los que ha jugado durante su carrera, y en todos los playoffs, LeBron promedia 34,4 puntos. No perdió ninguno con los Heat, no ganó ninguno en su primera etapa con los Cavaliers. Los Warriors, por su parte, necesitaron ese duelo definitivo para culminar su remontada ante los Thunder y encontraron en él 36 puntos, 5 rebotes, 8 asistencias y 7 triples de Stephen Curry. Hasta ahora, los Cavs ganan en puntos en la pintura (+58) pero los Warriors acumulan un +87 en anotación desde la línea de tres. La guerra del ritmo la está inclinando el juego en transición de los Cavs (47-19 en puntos en contraataque en los dos últimos partidos), básicamente por esos tiros que los Warriors siempre meten pero que han fallado en los dos últimos partidos. El control del rebote y las pérdidas, la posible aparición de jugadores que no parecen estar en la Final (Kevin Love, el Barnes de los dos últimos partidos)... de esos factores depende gran parte de la suerte de una batalla que desde luego tiene el foco principal en el duelo Curry-Klay Thompson vs LeBron-Kyrie Irving.
Se enfrentan dos equipos que son casi imparables en racha y cuando cogen buenas ventajas en el marcador. Y lo hacen con un trasfondo de polémica que no ha cesado desde la suspensión de Draymond Green para el quinto partido y que terminado de calentar una Final que comenzó algo fría por ese enorme favoritismo de los Warriors que ya está en la papelera. Hoy se juega a todo o nada, límite 48 minutos, por el anillo de campeón. Y por muchas más cosas. Por eso este es uno de esos partidos que siempre recordarás dónde y cómo lo viste. Siempre. No va más.