PHIL HANDY | CAVALIERS - WARRIORS
El asistente que resucitó a los Cavaliers ¡jugó en los Warriors!
Trabaja duro y pasa desapercibido, pero Phil Handy ha sido clave en la recuperación anímica de los Cavs. Su pasado está ligado a Oakland.
Si los Cavaliers, todavía están muy lejos, remontan el 2-0 que amasaron los Warriors y se proclaman campeones sería una de las grandes hazañas de la historia de la NBA. Sí, es la plantilla más cara de la historia, pero se mide al campeón y al equipo que ha mejorado el 72-10 de los Bulls de Jordan… y que le dejó muy atrás en los dos primeros partidos de la Final, en Oakland.
Tras el segundo, una paliza en la que los Warriors ganaron por 33 puntos, emergió una de esas figuras que suelen pasar desapercibidas pero que acaban jugando un rol a priori pequeño pero que puede acabar siendo gigantesco. Si los Cavs logran la proeza se hablará de LeBron James y Kyrie Irving, de la conexión de Tyronn Lue con el vestuario… y quizá de Phil Handy, tal vez el tipo que estaba en el lugar adecuado y en el momento oportuno.
Nada más acabar ese segundo partido, el vestuario de los Cavaliers en el Oracle Arena era un funeral. Los jugadores ni intercambiaban miradas y solo se oían los gritos de celebración de los Warriors, que llegaban en oleadas a través de las paredes y que hacían que los derrotados no vieran el momento de coger el avión y regresar a Cleveland. Tyronn Lue, tal y como cuenta el periodista de Cleveland Chris Haynes, suele hacer tras partidos lo que a él le gustaba que hicieran sus entrenadores en sus tiempos de jugador: deja que todos se vayan, que rumien las malas sensaciones y aplaza las conclusiones y conversaciones para el día siguiente, en frío. Esta vez tenía la misma idea y simplemente citó a todos en el centro del vestuario para hacer piña y despedirse hasta el día siguiente. En ese momento, cuando los jugadores iban a retirar sus manos del grupo y a volver a sus taquillas, una voz pidió permiso para hablar. Era, para sorpresa de todos, la del asistente Phil Handy.
Handy, normalmente un tipo tranquilo y no demasiado expresivo, estalló. Durante varios minutos gritó a los jugadores, les recriminó su falta de actitud y les recordó que habían sido humillados en la pista sin que hubiera parecido que tenían demasiadas ganas de evitarlo. Sus palabras fueron duras pero tan espontáneas y genuinas, tan salidas desde el corazón, que en lugar de obtener el rechazo de los jugadores consiguió que estos se emocionaran. Richard Jefferson lo explicó: “Es de Oakland y estaba cabreado por haber venido a su tierra y perder dos veces así. No quería que le recordaran esto cada vez que quisiera volver. No quería que un rival nos tratara así, con tantos gestos despectivos y todo lo demás. No fue desde luego algo normal, pero a veces alguien tiene que saltarse las convenciones y hacer algo así. Alguien tenía que hablar de esa forma, y él se atrevió a hacerlo”. Otro veterano como Channing Frye coincide: “A veces alguien tiene que recordarte quién eres. A veces alguien tiene que sacarte de la tristeza del momento y recordarte todo lo que has trabajado para tener una oportunidad así, lo difícil que es llegar hasta allí. Se vio en el tercer partido, estaba allí. Había una gran diferencia”.
Jefferson da con la clave de la reacción de Handy: nació y creció en Oakland, así que esta Final es muy especial para él. Después pasó por la Universidad de Hawaii y trató de hacerse un sitio sin demasiada suerte en la NBA. Estuvo media temporada en los propios Warriors, otra media en los Blazers… y luego desarrolló casi toda su carrera en Europa: Israel, Francia, Inglaterra, Alemania. También jugó en Australia y cuando se retiró comenzó a trabajar en el desarrollo de jugadores. Estuvo al servicio de Eddie House, Shawn Marion o Penny Hardaway antes de montar una estructura de trabajo profesional por la que pasaron Blake Griffin o Arron Afflalo. De ahí a las franquicias: trabajo con Mike Brown en los Lakers y ahora es asistente en los Cavaliers.
En sus tiempos en desarrollo de jugadores de los Lakers, hablaba así de Pau Gasol: “Tiene todas las armas, todo lo que viene en el manual: ganchos, penetraciones, suspensiones, reversos… Trabaja mucho pero está claro que tiene un enorme talento, que mucho es natural. Capta todo muy rápido cada vez que trabajamos juntos, siempre nos sorprende. Entiende el juego, tiene buenas manos y un gran movimiento de pies, pasa de maravilla…”. Ahora Phil Handy está en los Cavaliers y, si acaso sucediera lo que nadie pensábamos que pudiera suceder hace solo un par de días, seguramente dentro del vestuario más de un jugador tenga un momento para recordarle la importancia de sus palabras en medio de la depresión en el Oracle Arena: “A veces alguien tiene que recordarte quién eres”…