Defensa de Jerry West a LeBron: "Quienes le critican son ridículos"
"Si yo fuera LeBron, probablemente querría estrangularles", explica el logo de la NBA y, en la actualidad, miembro de los Warriors. Como jugador, su balance en las Finales fue 1-8.
"No quiero sonar como Donald Trump, pero es duro para mí creer que hay gente que no reconoce su grandeza. Muy duro. LeBron James hace de todo, es como una navaja suiza y compite al límite, hasta el final. Me gustaría que la gente le dejara en paz". Quien sale en defensa de LeBron James no es un cualquiera. Estamos hablando de Jerry West, el logo de la NBA. Esta leyenda puede que quiera (por motivos obvios: forma parte de la directiva de los Golden State Warriors) que los Cavaliers vuelvan a caer de nuevo en la batalla por el anillo, lo que no quita que se muestre muy molesto con quien critica al cuatro veces MVP por el 2-4 de balance que luce hasta la fecha en las Finales. "Son ridículos", comenta. "Si yo fuera LeBron, probablemente querría estrangularles", prosigue. "Lleva el peso de su equipo sobre sus hombros. Ha alcanzado la última fase durante seis temporadas consecutivas. ¿Cuántas veces ha sido el favorito? Ninguna. Se está siendo sumamente injusto con él".
Es bastante probable que West se sienta muy identificado con LeBron. No obstante, durante sus años como jugador de los Lakers entre 1960 y 1974 disputó nada más y nada menos que nueve Finales, conquistando el anillo en sólo una de ellas: récord de 1-8. "No resulta divertido llegar tantas y tantas veces y no obtener el resultado esperado, sin importar el cómo hayas jugado. En los Playoffs, los mejores están llamados a dar un paso adelante. Yo lo hice, pero no marcó ninguna diferencia. No éramos lo suficiente buenos", explica.
West fue nombrado en 1969 MVP de las Finales pese a que los angelinos cayeron 4-3 ante los Celtics, convirtiéndose así en el único en lograrlo con un equipo perdedor. Durante la última seria por el anillo (saldada con 4-2 para los Warriors) se produjo un intenso debate sobre si LeBron era merecedor de esta consideración por su titánico esfuerzo y resistencia a la derrota reflejada en unos números de 35,8 puntos, 13,3 rebotes y 8,8 asistencias. A lo largo de su carrera, el alero nacido en Akron ha leido en varias ocasiones la autobiografía del logo de la mejor Liga de baloncesto del planeta.