LOS ANGELES CLIPPERS 90-CLEVELAND CAVALIERS 114
Golpe de autoridad de LeBron James (27) y sus Cavaliers
La franquicia de Ohio asaltó el Staples Center. La estrella de Akron fue el motor de un equipo que demolió a los Clippers desde el perímetro.
A finales de febrero, tras las derrotas ante Toronto Raptors y Washington Wizards, las cuentas no salían para los Cleveland Cavaliers. Unos números que volvieron a ponerse en duda tras perder frente a unos Memphis Grizzlies sin cuatro titulares. El morbo de ver a caer, poco a poco, a estos Cavs aspirantes a otras Finales de la NBA, daba mucho juego. Al igual que el conflicto LeBron-franquicia (posible salida) y el de LeBron-Irving (relación rota). Pero eso ha cambiado, como pasa en la Liga estadounidense, de un día para otro. Porque ahora, después de vencer a los Clippers en Los Ángeles (90-114), el líder de la Conferencia Este parece otro. Y digo parece porque mañana dios dirá.
El aterrizaje en el Staples Center no fue fácil. Nunca lo es enfrentarse a Chris Paul. Los Clippers son cuartos en el Salvaje Oeste por méritos propios, aunque hay una cierta dosis de desconfianza cuando se les mira la dentadura: no parecen aspirantes al anillo. Ya no sólo por Warriors y Spurs, sino porque en partidos grandes, contra equipos de más de un 60% de victorias, están 2-10. Una losa muy pesada para los playoffs que se acercan. El inicio no fue malo. La resolución del base y de J.J. Redick les permitía estar en la pomada. 19-21 cuando finalizó el primer cuarto. Y ahí apareció LeBron.
No es ni de lejos el mejor año del Elegido, pero es el Elegido. Sin Curry presente, sería el principal candidato para hacerse con el MVP (en las previsiones en esta carrera es el segundo). Él se sabe uno de los más grandes de la historia y, por ello, falle o no su tiro, seguirá siendo un problema eterno para defensas rivales que no tengan un Iguodala, un Butler o un Leonard para detener su avance versión tren de mercancías. Sus 16 puntos, más los 12 de Love (no volvió a anotar), al descanso llevaron la diferencia a un 41-58. Esta fue lograda gracias a un arranque de potencia: un parcial 2-13 (del 38-43 al 40-56) en el que un mate del alero levantó al público y un triple de J.R. Smith informaba cuál iba a ser la tónica de los siguientes doce minutos.