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El 'quinteto de la muerte' de los Warriors suma y sigue: 24-0

El mejor equipo de la NBA, y uno de los mejores de la historia, tiene un arma infalible que solo utiliza cuando realmente la necesita, un quinteto contra el que no hay respuesta.

El 'quinteto de la muerte' de los Warriors suma y sigue: 24-0

Los Warriors juegan bien al baloncesto. Son los campeones, marchan en la mejor temporada de la historia (46-4, junto a los Sixers de la 1966-67) y han ganado 41 partidos seguidos de Regular Season en su pista, la segunda mejor marca de todos los tiempos (a tiro ya los 44 de los Bulls 95-96). Se podría seguir dando cifras hasta el fin de los tiempos pero el hecho es que se trata de uno de los grandes equipos de la historia, a la caza de un repeat (como mínimo…) que les aúpe definitivamente en el pedestal de los equipos de leyenda. Sí, los Warriors juegan bien al baloncesto. En casi cualquier versión son un equipo casi imparable. En una, son literalmente imparables. La NBA llama a esa versión the Warriors lineup of death: el quinteto de la muerte de los Warriors.

Lo forman Stephen Curry, Klay Thompson, Andre Iguodala, Harrison Barnes y Draymond Green. Tres que serán all star en Toronto, el MVP de la pasada temporada (y de la presente si todo sigue su curso actual) y el de las pasadas Finales, cinco jugadores que están en la preselección/bolsa de jugadores de la que saldrá el Team USA que jugará en Río 2016... Con ellos cinco, los Warriors no pierden: 24-0 en los 24 partidos en los que ese quinteto ha coincidido en pista en algún momento. Harrison Barnes, conviene recordarlo, se ha perdido 16 partidos por una lesión de tobillo. Sus cifras, además, son casi inhumanas: en esos 24 partidos ese quinteto ha formado en 119 minutos, una media de apenas cinco por noche en la que su diferencial de puntos es+5,2. Es decir, más de un punto por minuto. Su rating ofensivo se va a 146,9, una locura que deja lejos (137,4) la bomba atómica ofensiva de los Thunder: Westbrook, Waiters, Durant, Ibaka y Kanter. Su diferencia entre ratings ofensivo y defensivo es +51,7. Sólo tiene cerca… otro quinteto de los Warriors (Curry, Thompson, Iguodala, Green y Bogut).

En promedio por 100 posesiones, son 24 puntos mejores que cualquier quinteto que no sea de los propios Warriors y anotan 16 canastas más que sus rivales en pista, a los que hacen perder también casi tres bolas más que ellos. Tiran un 23% mejor y, de hecho, tienen como quinteto un 62% en tiros de campo y casi un 60% en triples. Su true shooting percentage, el dato que pondera el valor real de los tiros de tres y de los tiros libres, es un casi espeluznante 77,6%. El 68% de sus canastas llegan tras asistencias y hacen tirar a sus rivales un 36% peor que ellos desde la línea de tres. Hoy por hoy, no hay respuesta.

Es, por ahora, solo el recurso final de un equipo lleno de recursos, el arma atómica con el que disuade a los rivales a los que no ha batido con sus otras cien mil formas de ganar. Hay tres quintetos que han sido más utilizados hasta ahora por Steve Kerr/Luke Walton: el titular (Curry, Thompson, Barnes, Green, Bogut) y la misma combinación con Rush por Barnes (consecuencia de la lesión de este último) y con Ezeli por Bogut. No se trata tanto de no enseñarlo mucho para que no vayan surgiendo antídotos como de que suele bastar con otras fórmulas o que en muchos momentos de partido se sigue optando por un eje defensivo más clásico (Bogut/Ezeli). Pero cuando lleguen los playoffs y cada detalle (y cada victoria) cuenten más, estos ajustes y estas variantes cambiarán partidos y eliminatorias. Ya fue así en la última Final, cuando el small ball de Kerr reventó la resistencia estoica de los Cavaliers y devolvió las constantes vitales y el flujo de juego a un equipo que superó una peligrosa parálisis en el tramo central de la serie.

En la era del small ball, este quinteto va más allá. No solo los bajitos dan más problemas a los rivales de los que estos les generan sino que Draymond Green equilibra con su enorme presencia muchos mismatchs defensivos que podrían resultan delicados. En ataque, no ha habido nada igual en toda la historia de la liga: cinco jugadores que anotan de tres, que abren la pista, pasan de maravilla y pueden poner la bola en el suelo y crear juego. Curry amplía su rango de tiro hasta los nueve metros y obliga a los defensas a perseguirle dejando espacios que utilizan Green a partir de los bloqueos y Thompson con su movimiento sin balón. Green es letal desde la parte frontal e Iguodala y Barnes castigan desde las esquinas, liberados por una circulación de balón deliciosa y la libertad que les da la atención defensiva que reclama el resto, especialmente un Curry que convierte lo excelente en sublime. Es el quinteto de la muerte, la llave que abre las pocas puertas que se resisten más de la cuenta y el sudoku que tendrá que resolver quien quiera ganarles a estos Warriors cuatro partidos de siete en playoffs. A día de hoy, una tarea casi, casi imposible…