Boungou-Colo para en 28-0 el récord de victorias del Valencia

Muchos factores se juntaron para que el Valencia perdiera, a 19 de enero, el primer partido de la temporada: un Limoges con nivel Euroliga, un Boungou-Colo (23 puntos) excelso en el tiro, unos árbitros excesivamente permisivos con la defensa francesa al borde del reglamento… pero sobre todo que el Valencia no fue el Valencia. Algo cansado por la acumulación de encuentros y fuera del partido por la excesiva agresividad de Limoges se le paró el motor tras el descanso. Perdió, sí. Pero se llevó la ovación de su afición que valora, y mucho, lo que está haciendo. Orgullosos y agradecidos. El contador se paró en 28-0, a tres triunfos del arranque de 31-0 del Real Madrid en la temporada 2013-14. Muchos años pasarán para que alguien simplemente ose pensar en acercarse a semejante arranque. La marca en ACB sigue abierta. El domingo, en el Palau, será otra guerra.

El Valencia pareció estar viviendo la resaca de la fiesta del pasado domingo. Empezó frió y desacertado, con varias pérdidas, incluso tres fallos en tiros libres seguidos de Sikma. Sólo Sato (8 puntos en el primer acto) parecía enchufado. Limoges lo vio rápido y se lanzó a la yugular del equipo taronja. Un triple con suspense de Daniels puso la máxima ventaja (13-21). Una bandeja, tras rebote ofensivo, de Vives sobre la bocina detuvo la hemorragia.

Esa última canasta espoleó a Valencia que igualó la contienda en un abrir y cerrar de ojos: Triple de Vives y 2+1 de Dubljevic (23-23). Todo parecía que iba a su cauce. Otro triple de Rafa Martínez y un contraataque de Shurna ponían la máxima ventaja (32-27). Sin embargo, compareció Bo McCalebb, ese que tantas veces ha sonado para fichar por Valencia. Ocho puntos seguidos en un suspiro que volvían a poner en ventaja a los franceses (39-44). Los taronjas tiraron de oficio y con un triple de San Emeterio y un mate de Hamilton pusieron el empate al descanso (44-44).

El Limoges vio en el descanso que necesitaban detener el caudal ofensivo taronja para ganar en La Fonteta y dio una vuelta más de tuerca a su física y agresiva defensa. Con la permisividad de los árbitros fue utilizando su músculo para llevar el partido a su terreno. Cada bloqueo, cada rebote, cada entrada a canasta era una guerra de guerrillas. Y ahí salían los verdes victoriosos. Al Valencia le costaba un mundo anotar, de hecho sólo lo hacía desde el tiro libre, y a los franceses les entraban los triples sin pestañear. Hasta tres seguidos (Boungou-Colo, Gotens y Will Daniels) pusieron la máxima ventaja al final del tercer cuarto para Limoges (58-65).

Los primeros libres de Dubljevic hicieron pensar en una nueva hazaña taronja. Pero Boungou-Colo se encargó rápido de dar el mazazo definitivo al hasta entonces invicto Valencia. Un triple y un mate de espaldas le dio el +10. Valencia no se levantó más de la lona. El KO llegó tras un triple de Daniels que entró tras rebotar tres veces en el aro. La primera derrota tenía que llegar algún día.