Pau y Mirotic tampoco pueden con los perfectos Warriors (14-0)
Los Bulls jugaron un gran partido y obligaron a Golden State a bajar al barro. Dio igual, Curry (gris con 27 puntos) y los suyos tienen una cita con la historia.
No pudo ser. Los Bulls lo intentaron hasta el final y obligaron a los Warriors a bajar al barro. De poco importó, el resultado volvió a ser el mismo que el de las 13 anteriores noches: triunfo de Golden State (106-94). Quieren hacer historia y lograr así el mejor inicio de siempre. No lo esconden. Cada vez están más cerca. Ahora mismo, únicamente una victoria les separa de igualar el 15-0 de los Capitols 1948-49 y de los Rockets 1993-94. Sinceramente, se antoja complicado que no logren su objetivo. Y es que, por encima de las individualidades (que las tienen y muy buenas), son un EQUIPO en mayúsculas. Casi perfecto se podría decir. Chicago jugó un gran partido, controló el ritmo, repartió más asistencias (20-22) y cometió menos pérdidas (15-12). En definitiva, les puso contra las cuerdas. Es más, superado ya el ecuador del último cuarto se llegó con todo por decidir (89-89). Ahí acabaron las opciones del equipo de Pau Gasol (14-10-5) y Nikola Mirotic (18-10-5). Ambos estuvieron muy destacados, pero fueron de menos a más. Porque cuando llega el momento de la verdad, Curry (pese a firmar una de las peores noches de la temporada se fue hasta los 27 puntos) siempre aparece. Fue él quien abrió una traca que Harrison Barnes completó con dos triples mortales. Con ellos, el Oracle Arena estalló de júbilo. No es para menos, lo que esa afición está viviendo es historia de la NBA, historia del baloncesto.
Cuando uno va al supermercado suele llevar la lista de la compra. Y cuando uno ve un partido de los Warriors, empieza a ser costumbre el ir apuntando en la lista de los récords. Pero antes de repasarla, conviene echar un vistazo a lo que dio de sí el partido. Como decíamos, pese a perder la estela de los Cavaliers en lo más alto de la clasificación del Este, Chicago y Fred Hoiberg salen reforzados pese a la derrota. Con una gran defensa (como sucedía con Thibodeau, a estos Bulls les van los partidos grandes), dejaron a los actuales campeones con la peor anotación del curso ante su público. Consuelo de tontos. Podría ser, pero ya lo preguntábamos ayer: ¿Qué equipo del planeta está capacitado en estos momentos para frenar a Golden State?
Por momentos, parecía que como el pasado 27 de enero (última derrota en casa en Regular Season), Chicago lo conseguiría. Con un Hinrich muy enchufado de inicio (finalmente, Derrick Rose fue baja), los visitantes se dispararon hasta mandar por 12-23 (otro duelo más que los californianos sacan adelante tras ir perdiendo por más de 10 puntos). No hizo falta llamar a los bomberos: llegó el momento de las rotaciones y como es habitual la segunda unidad cumplió. Como también lo hizo en el segundo cuarto liderados por un Andre Iguodala al que sus 12 puntos y 5 capturas no le hacen justicia: +24 para los suyos con él en pista. Una roca en defensa, desatacasdor en ataque. Pero ese segundo periodo fue el de la Spanish Connection. El Pau más motivado y enérgico del curso buscó y encontró a un Mirotic que por momentos fue el buque insignia de Chicago. Sin olvidar a Jimmy Butler: 28 tantos, 9 rebotes, 7 asistencias y 3 robos. Fue el escolta quien hizo la goma para los suyos antes del último cuarto mientras los Splash Brothers (16 puntos sumaron entre Curry&Thompson en el tercero) decidieron que les había llegado la hora de asumir el protagonismo.
Así que con todo por decidir en los últimos 12 minutos (77-73 reflejaba el marcador), el tiempo se iba consumiendo hasta la espera del estallido final. Fue un error que los toros desaprovecharan la oportunidad de pegar un acelerón a comienzos de este último cuarto. Quizá se manifestó el cansancio tras el encomiable esfuerzo anterior (hay que destacar la defensa de E'Twaun Moore sobre Curry). Mirotic quiso hacer la guerra por su cuenta y no acertó a clavar ninguno de los tres triples que lanzó. Sólo uno convirtió Curry (3/11 a lo largo de la noche), pero resultó que fuen el que rompió el empate a 89. A partir de ahí, ni Hinrich ni Butler pudieron sostener a los Bulls. Faltaba la puntilla final y esta le correspondió a un Harrison Barnes soberbio (20-9) que acabó compartiendo quinteto final junto a Curry, Thompson, 'Iggy' y Green (estos dos últimos, como interiores emparejados con Gasol y Nikola).
La máquina de los récords
Ahora sí, para concluir, vamos a poner sobre la mesa los números ("son de locos", decía ayer Griffin) que están coleccionando en La Bahía. Para empezar, han logrado la mejor marca histórica de la franquicia en lo que a partidos ganados se refiere: 18 contando los últimos 4 encuentros de la pasada liga regular. Una RS en la que llevan 26 duelos sin perder en casa de manera consecutiva, algo que únicamente habían logrado en otras 14 ocasiones el resto de equipos de la Liga. Y queda lo bueno, los que faltan por conseguir. De ganar en la madrugada del domingo al lunes (02:00, Canal + Deportes) en Denver, se quedarán a un solo triunfo de completar el mejor arranque de curso de todos los tiempos en solitario. Un logro que les haría eternos y que llegaría en la madrugada del martes al miércoles (04:30) ante los Lakers en el Oracle. "Es un objetivo que está ahí y que queremos lograr", avisa Steph. Dos partidos más y habrán completado su misión. ¿Se lo van a perder?