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GUÍA NBA | HOUSTON ROCKETS

Houston Rockets: el anillo es la única meta para James Harden

Con ‘The Beard’ al mando, el fichaje de Lawson y Howard en buenas condiciones físicas, los Rockets parten como candidatos a todo. Ambición y plantilla no les falta.
Final NBA: Rockets vs Warriors, juego 6

James Harden quiere seguir cocinando más victorias.
Bob LeveyAFP

No hay excusas para Houston Rockets. Al menos si las lesiones, un hándicap para los texanos durante la pasada campaña, no se empeñan en decir lo contrario. Por primera vez desde la época de Hakeem Olajuwon, el equipo entrenado por Kevin McHale afronta el nuevo curso como un verdadero candidato a todo. Una excelente plantilla, un buen técnico, la ambición de la franquicia y el reciente subcampeonato de la Conferencia Oeste así lo exigen.

El siguiente objetivo debe ser alcanzar la final y pelear por el anillo, hito que no alcanzan desde los títulos de 1994 y 1995. El que fuera para algunos el auténtico MVP de la pasada Temporada Regular, James Harden, liderará de nuevo el asalto al poder establecido. Al lado de The Beard estarán un Dwight Howard sano y, por fin, un base de primer nivel: Ty Lawson. Ellos tres formarán el big three de la franquicia bicampeona de la NBA. Eso, por sí solo, ya intimida.

Y si a esos nombres se les añaden, además, el de secundarios de demostrada valía como Trevor Ariza, Terrence Jones, Patrick Beverley, Corey Brewer, Donatas Motiejunas, Jason Terry o Marcus Thornton, el proyecto que ha construido Daryl Morey, un eficaz general manager, asusta. El roster, que sólo ha sufrido una baja sensible, la de un Josh Smith (ahora en los Clippers) que fue importante en la recta final de la pasada temporada, incluye también a novatos con proyección (Sam Dekker y Montrezl Harrell) e interesantes jugadores de segundo año (el pívot suizo Clint Capela y el atlético K. J. McDaniels).

El arsenal rocket posee de todo, empezando por una buena terna de francotiradores que le convierten en una extraordinaria amenaza desde la línea de tres puntos, categoría en la que el conjunto de Houston ya brilló especialmente en el curso 2014-15 (fueron el equipo que más triples convirtió).

Si Howard está a su mejor nivel e impone su poderío en la zona, serán muy difíciles de frenar. Los cohetes pueden caer por todas partes. Y más aún habiendo sumado al tercer mejor asistente de la pasada campaña, un Lawson que (se supone) ha superado sus problemas extradeportivos y que aportará fluidez y velocidad al juego. Harden, el autoproclamado mejor jugador del mundo, y sus compañeros aseguran estar preparados para el reto de mejorar lo conseguido hasta ahora. Palabras mayores para un equipo que viene de ser finalista de Conferencia y que sólo cedió ante el campeón a la postre, los Warriors. Pero quieren más.

Juego exterior

El perímetro de Houston Rockets destaca por ser muy completo. Al descomunal talento de James Harden, cada año mejor jugador a pesar de sus habituales despistes en defensa, se unen, entre otras cosas, dos bases perfectamente compatibles que brillan en facetas diferentes. El rapidísimo Ty Lawson será una nueva arma que amenace a los rivales con su talento ofensivo y visión de juego, mientras que Patrick Beverley mantendrá su condición de stopper de primer nivel contra los guards rivales, además de poder tirar con acierto desde la línea de tres (2,1 triples por partido la temporada pasada).

Trevor Ariza se volverá a beneficiar de la atención que generan, especialmente, The Beard y Dwight Howard, para martillear el aro rival con su lanzamiento exterior. El propio alero, notable defensor además, así como Beverley y Harden, estuvieron en la 2014-15 entre los quince jugadores de la NBA que más triples promediaron por partido. El completo Corey Brewer, un escolta o alero atlético y bastante fiable desde el banquillo, Marcus Thornton, irregular anotador que no acaba de estabilizarse en la Liga, el veterano tirador Jason Terry (38 años) y K. J. McDaniels, un small forward muy potente físicamente, también forman parte de un gran juego exterior con capacidad para anotar, crear juego y defender con eficacia, virtudes que ya tenían, pero que aumentan ahora con la llegada de Ty Lawson

Juego interior

Dwight Howard se encuentra al cien por cien físicamente y eso le sitúa de nuevo en el Olimpo de los pívots actuales de la NBA. Sin restricciones de ningún tipo, volverá a asumir su producción habitual en la búsqueda del anillo que tanto ansía. Mantendrá sus problemas en los tiros libres, algo que parece no tener solución, pero seguirá siendo una fuerza interior extraordinaria que asegurará un doble doble prácticamente cada noche. El curso pasado pasó mucho tiempo alejado de las canchas por sus problemas físicos y disputó menos minutos de media de los que acostumbra (29,8 en la fase regular y 33,8 en playoffs), pero aún así se mantuvo en unos números que firmarían la mayoría de los centers de la NBA: 15,8 puntos (59,3% en tiros de campo), 10,5 rebotes y 1,3 tapones. Cifras, eso sí, inferiores a los promedios de su carrera (18,1 puntos, 12,7 rebotes y 2,1 tapones en 35,6 minutos). Con 29 años (cumple 30 en diciembre), todo regresará a la normalidad estadísticamente. A su lado tendrá a Terrence Jones, una joya de 23 años con mucho potencial, como ya ha demostrado, y al lituano Motiejunas, quien con sus 2,13 viene de meter casi dos triples por partido. Clint Capela tendrá relevancia como suplente de Howard, y los talentosos rookies Sam Dekker, un subcampeón universitario con Wisconsin que recuerda a Keith Van Horn, y Montrezl Harris esperarán sus oportunidades desde el banquillo.

Claves

1. Howard sólo pudo disputar 41 partidos de la pasada Temporada Regular e hizo sus peores números desde su año de novato. Que el pívot esté en perfectas condiciones físicas será determinante para que los Rockets puedan aspirar a igualar o superar las 56 victorias e ir a por todas en los playoffs.

2. Ningún equipo del Oeste cometió más pérdidas. Es más, sólo Sixers y Bucks cuidaron peor el balón en toda la NBA. Mejorar en esta faceta del juego podría ser el impulso definitivo para Houston. El trabajo deberá empezar por Harden (tercero en el ranking individual de esta categoría).

3. El desarrollo de Terrence Jones y Donatas Motiejunas. Ambos llevarán el peso en la posición de ala-pívot, con la titularidad previsiblemente para el jugador formado en los Wildcats de Kentucky, y deben confirmar todo lo bueno que ya han apuntado. Si crecen, Houston también lo hará.

Entrenador: Kevin McHale

Leyenda como jugador de Boston Celtics de los años 80, con los que se proclamó campeón en tres ocasiones (1981, 1984 y 1986), Kevin McHale (Hibbing, Minnesota, 1957) afronta su quinta temporada en el banquillo de Houston Rockets. Hasta la fecha, acumula en el conjunto de Texas un balance total en Temporada Regular de 189 victorias y 123 derrotas, lo que supone un brillante 60,6% de triunfos en los 312 encuentros que ha dirigido. Su récord son las 56 del pasado curso, cuando logró su mayo éxito como entrenador al alcanzar la final de la Conferencia Oeste. Anteriormente dirigió en dos etapas al equipo de su estado natal, Minnesota Timberwolves (2004-05 y 2008-09).

Estrella: James Harden

Harden es el indiscutible mejor escolta de la NBA. Tras una temporada de ensueño (27,4 puntos y 7 asistencias), The Beard guiará de nuevo a los Rockets en la pugna por el anillo. Ser elegido como el mejor jugador de la competición es su otro gran objetivo. Y cada vez está más cerca.