Chicago Bulls: la eterna búsqueda del regreso a los años dorados
Es la hora de los Bulls. Tras 27 años sin ganar el anillo, la franquicia de Illinois está ante una de sus grandes oportunidades para recuperar el título de la Liga estadounidense.
Dicen que el tiempo cuando no corre, vuela. Así, 17 años pasan en un suspiro. No son ni un pestañeo en la historia humana, pero en la deportiva son toda una vida y Chicago Bulls lleva todo ese tiempo sin alcanzar la gloria final. Desde aquel 14 de junio de 1998 en Utah cuando Jordan selló la sexta bandera de campeón de la franquicia, los de Illinois no han dado con la tecla para conquistar de nuevo el anillo. Y lo han intentado. Nueve entrenadores diferentes, desde Floyd a Thibodeau, pasando por Skiles y Del Negro, han ocupado su banquillo. Hasta hoy, cuando un novato, un ‘universitario’, ha cogido las riendas del equipo de la Ciudad del Viento. Fred Hoiberg es el nuevo arquitecto de un proyecto sin variaciones. Misma columna sin un Thibs que fue sacrificado por el bien (psicológico y físico) de sus jugadores, ya cansados de su disciplina espartana y cuartelaria, y por la negativa a cambiar un estilo propio utradefensivo que ya no era novedad y que fue desmenuzado por los Cavaliers de LeBron James en la semifinales de la Conferencia Este la pasada temporada.
Con la sapiencia de que a un perro viejo no se le pueden enseñar nuevos trucos, Hoiberg se encuentra con la misión trascendental de agitar el ritmo ofensivo del equipo. Su filosofía está clara: rapidez en transición y en estático abrir la cancha con el juego exterior y la penetración como armas vitales en el tosco ecosistema del Este. Y en defensa, esencia Thibodeau. No tanto por quererlo así, si no por las virtudes de sus chicos: unos guerreros incansables. Jimmy Butler y Noah son eso y más. Recuerden, nada de trucos nuevos a un perro viejo.
Y todo ello con, otra vez, la incógnita de Derrick Rose. La eterna pregunta. ¿Volverá a su nivel de aspirante a MVP o no? Ante la duda, todo empieza a gravitar sobre Butler. Decisión casi forzosa pero acertada: el escolta crece a cada temporada. Es una fuente inagotable de recursos que no necesita más presentación que esta. Ahora, otra vez, cuenta con un más que interesante arsenal a su alrededor. A un Pau Gasol que está (de nuevo) en un momento de gracia tras su imperial Eurobasket y a un Nikola Mirotic que no deja de revalorizarse, hay que añadir la más que necesaria y voraz segunda oportunidad del máximo anotador histórico de la NCAA, Doug McDermott, la frescura de Tony Snell, el enérgico potencial del ala-pívot rookie Bobby Portis y la seria veteranía de Mike Dunleavy y Taj Gibson. 17 años no serán nada con un nuevo anillo entre los dedos. Eso está claro.
Juego exterior
La realidad es la siguiente: todo está en suspenso a la espera de que Derrick Rose decida hacer acto de presencia esta temporada en el United Center. Parece difícil, por no decir imposible, pensar que el MVP más joven de la historia de la NBA complete un año entero, pero si lo logra y vuelve a la valentía de antes (penetraciones arriesgadas con un toque circense y una mayor plenitud desde el triple) los Bulls entrarán de forma directa en el Top-5 de claros candidatos al anillo. Porque junto a él está un Jimmy Butler cuya presencia en el campo se agranda con cada paso que da. De los 2,6 puntos de media de su primera campaña a los 20 de la última sólo han pasado ¡cuatro años!
Además, en ese mismo periodo el equipo ha ascendido casi un 20% desde el triple (del 18% de 2011 al 37% de 2015), un arma esencial en la ‘nueva’ NBA y que tendrá un importancia capital en el sistema que va a poner sobre el tapete Hoiberg. El reto es subir el acierto de su perímetro y ponerse a la altura de tres de los cuatro finalistas de las dos Conferencias (sólo los Rockets contaron con menos porcentaje frente al aro). Para ello, Dunleavy (40,7%), Brooks (38,7%), Snell (37,1%), Moore (34,2% y tintes de ser el segundo base del equipo) y, sobre todo, McDermott (31,7%) deberían asumir mayor responsabilidad en un estilo de juego más abierto donde primará el lanzamiento desde el perímetro sobre el también poderoso juego interior del equipo de Illinois.
Juego interior
Al margen de la preferencia por el tiro desde la larga distancia, los Bulls cuenta con uno de los mejores frontcourt de la NBA. Cuatro hombres de primer nivel competirán por ser el preferido del nuevo jefe. Una lucha a la que se puede añadir el interesante rookie Bobby Portis. El asunto de la titularidad será otro año más un tema complejo y difícil de solucionar. Noah (recuperado completamente sus problemas con el tobillo) y Gasol parten con ventaja, pero Mirotic tiene sus acciones por las nubes y Gibson, si está al 100%, siempre está a la espera, con el rencor por no acaparar nunca un hueco en el cinco inicial a flor de piel. Pero, ¿cuál es la mejor opción?
Durante el curso pasado las diferentes combinaciones arrojaban la siguiente eficiencia total en puntos por cada cien posesiones (diferencia entre la eficiencia ofensiva y defensiva): +4,8 (666 minutos juntos) Mirotic-Gibson, +4,8 (579) Mirotic-Noah, +4,4 (653) Mirotic-Gasol, +3,5 (870) Gibson-Gasol, +2,8 (1.258) Noah-Gasol y -7,4 (421) Gibson-Noah. Además, a estos datos, que dan a Mirotic buena relación con cualquiera, hay que añadir algo más que favorece al hispanomontenegrino: es, al margen de la muñeca desde la media distancia de Gasol, el mejor lanzador de triples de los cuatro. La decisión será complicada, pero todo hace apuntar a la repetición de la pareja en la zona de la pasada campaña por la intensidad defensiva del francés y la autoridad en ataque del pívot español.
Claves
1. La relación Butler-Rose es vital. Ambos son el alma de los Bulls y gran parte de las aspiraciones del equipo pasan por su buena conexión. Algo que no parece estar en su mejor momento, ya que tras la eliminación ante los Cavs en playoffs se habló de un distanciamiento entre ambos.
2. La piedra en el zapato durante todo el pasado año para los Bulls fueron las lesiones. El equipo que entrenaba Tom Thibodeau sufrió una maldición que destrozó a un quinteto titular cuyos integrantes sólo pudieron jugar juntos 21 de los 82 partidos de la Temporada Regular.
3. La veteranía es un grado. Da inteligencia y conocimiento, y es la diferencia para pasar de aspirante segundón a candidato preferencial. Y los Bulls van sobrados de eso. Gasol y Dunleavy (35) lideran a un grupo de treintañeros (Noah, Brooks y Gibson) con muchas batallas a sus espaldas. Eso sí, el físico debe acompañar… y eso no es un tema menor.
Entrenador: Fred Hoiberg
“Es la persona correcta para maximizar el potencial del equipo”. Con estas palabras, Gar Forman (mánager general) presentó a Fred Hoiberg como nuevo entrenador de la franquicia. Alabanzas que se pueden convertir en un arma de doble fila para el exentrenador de Iowa State (cinco temporadas). Una presión que el trató de minizar en su debut ante los micrófonos. “Voy a tener la misma que cuando acepté el trabajo en Iowa”, confesó tiempo atrás el exjugador de Pacers, Timberwolves y Bulls, su nuevo banquillo, cuya carrera estuvo marcada por los problemas con el corazón (ha pasado por dos operaciones) y cuyo estilo de juego se espera más ofensivo y vistoso que el de Thibodeau.
Estrella: Jimmy Butler
El mundo continúa su movimiento con o sin Derrick Rose y Butler le ha robado al base todos los focos de atención. El escolta es un jugador multidimensional, no solo un hombre defensivo de coraje y esfuerzo extrahumano. Penetra y lanza. Un todoterreno de altas prestaciones.