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Parte de lesiones: Rose avanza y Porzingis preocupa

El base se reincorporó a los entrenamientos de los Chicago Bulls. El ala-pívot, por su parte, sufre una dolencia en el cuádriceps izquierdo que le impidió jugar ante los Sixers.

Kristaps Porzingis ante Jefferson Williams, del Bauru.
ELSA
José Ignacio Pinilla
Licenciado en Periodismo por la Complutense, comenzó en AS en maquetación en 2010. Tras su paso por fútbol, se unió en 2014 a baloncesto. Ha cubierto en directo la Supercopa de 2020, las Copas de 2020 y 2021 y partidos de España de las Ventanas. También el Eurobasket femenino de 2023. Escribió sobre la pandemia de la COVID en el confinamiento.
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La NBA se encamina al final de la pretemporada y los equipos apuran al máximo para recuperar a todos sus jugadores lesionados antes del gran día. Y entre esos inactivos, hoy destacan dos nombres por encima del resto: Derrick Rose y Kristaps Porzingis.

El base de los Chicago Bulls sigue su recuperación de la fractura del orbital izquierdo que sufrió hace 14 días y este lunes se reincorporó a los entrenamientos del equipo, días antes de lo esperado por su entrenador, Fred Hoiberg, aunque aún no tiene el visto bueno de los doctores para ejercitarse sin limitaciones. "Fue genial verlo. Todavía tiene algo de visión borrosa en el ojo. Lo tiene muy hinchado, pero ha avanzado bastante desde que lo viera hace una semana", comentó un técnico que espera contar con Noah (problemas en la rodilla) para la madrugada del miércoles frente a los Detroit Pistons y a Taj Gibson (tobillo) para la madrugada del lunes ante los Charlotte Hornets.

Porzingis inquieta a los Knicks

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Con más cautela tratan en Nueva York los problemas físicos de Kristaps Porzingis. El número cuatro del pasado draft no pudo estar en la victoria de esta noche de los Knicks ante los Sixers (94-88 con 4 puntos de Calderón) por una dolencia en el cuádriceps izquierdo. "Estamos siendo cautelosos, pero no es tan grave. En pocos días voy a estar bien", manifestó el ala-pívot letón. 

El problema no es esta dolencia en sí, sino que ya son tres las que suma el jugador de 20 años durante un verano donde ha ganado peso y fuerza para soportar los rigores de una temporada NBA. Sus lesiones despiertan cierta inquietud en el entrenador de los Knicks. "Hay algo que tenemos que tratar de averiguar para asegurarnos que podemos limitar las lesiones y los contratiempos. Lo resolveremos", subrayó Derek Fisher.

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