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DRAFT NBA 2015

Mario Hezonja: la NBA como desatascador de su carrera

El croata, enclaustrado en las rotaciones del Barcelona, no ha dispuesto de los minutos necesarios como para brillar con regularidad.

Mario Hezonja
Rodolfo MolinaDIARIO AS

De Mario Hezonja (Dubrovnik, Croacia, 1995) se dice que si hubiese jugado este último par de años en la NCAA, actualmente sería el número 1 del draft. Se dice y lo dice él mismo. "Si estuviera en alguna universidad, probablemente sería el número 1 del draft. Tuve una oferta de Kentucky. Soy europeo y necesito trabajar duro para entrar en el mercado estadounidense", comentó hace un par de meses.

Estadísticamente no está a la altura de sus compañeros de generación. Lo mismo que Porzingis, principalmente porque ambos han jugado menos minutos que los demás. La situación de Hezonja, en concreto, es tremendamente curiosa.

Desde la derrota en la final de la Copa del Rey ante el Real Madrid y la rajada que metió el croata sobre la actuación de su equipo ("Siempre lo mismo, no aprendemos. Contra el Madrid siempre bajamos los brazos, es una vergüenza", dijo), Xavi Pascual se 'olvidó' de él. 40 minutos en toda la eliminatoria de cuartos de final de la Euroliga contra el Olympiacos, varios partidos sin jugar en Liga Endesa, nunca más de 20 minutos... De hecho, el partido que se pierde ante el Bilbao Basket (9 de mayo) es el primero que no juega en ACB en toda la temporada. No juega el siguiente, después 13 minutos, sin jugar el siguiente... Curiosamente, ese mes coincide con la visita de varios ojeadores de franquicias NBA a Barcelona.

Hezonja es el mayor talento europeo de su generación junto a Dario Saric y Porzingis. Un físico descomunal para un exterior del viejo continente, un magnífico tiro de media distancia y desde el triple, rápido en transición, capaz de machacar en cada jugada... Buscando lunares: la defensa y el poco aprovechamiento que hace de su físico en ciertas ocasiones, especialmente en penetraciones (bote) y juego al poste.

Su juego se puede adaptar mucho mejor a la NBA que a Europa. Mucho más espacio, más transiciones... lo ideal para desarrollar una carrera que necesita, sobre todo, minutos. Si alguien se los da, SuperMario espera para convertirse en la próxima estrella europea.