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ROCKETS 118 - MAVERICKS 108 (1-0)

Harden gobierna y los Rockets se apuntan el primer asalto

El escolta logró un doble-doble (24 y 11 asistencias). Houston, mucho más coral que unos Mavericks dependientes en exceso de la inspiración de Nowitzki (24).

James Harden festeja tras anotar un triple, el único que logró.
James Harden festeja tras anotar un triple, el único que logró.Troy TaorminaUSA Today Sports
NBANBA

Antes del primer partido de la serie, Mark Cuban manifestó que "hay pocos equipos más predecibles que los Rockets". Pero a juzgar por lo visto horas después, Dallas no tomó buena nota de las palabras del jefe. Salvo en el segundo cuarto, los Mavs fueron a remolque de sus vecinos texanos y acabaron cayendo con merecimiento (118-108) ante un bloque más sólido y compacto que el suyo. No hizo falta que James Harden exhibiera su mejor versión, pero aun así completó una destacada actuación. Entendió que no era su mejor noche de cara al aro (4/11 en tiros de campo), por lo que se dedicó a forzar faltas para anotar desde la línea de personal. Un arte que pocos en la Liga manejan como él: en la última regular season firmó cuatro encuentros en los que superó la veintena de libres lanzados.

En definitiva, que con sus 24 puntos volvió a ser el máximo anotador de los suyos. Pero también se dedicó a producir juego para el resto de sus compañeros. Es la primera vez que llega a la decena de asistencias (11, para ser más exactos) en los playoffs. Hasta esta madrugada, el último 'rocket' en haber sumado 20 tantos y 10 pases de canasta en la postemporada había sido Tracy McGrady, allá por 2007. "Pusimos demasiada atención sobre él", reconocería poco después Dirk Nowitzki, problemas con el micrófono al margen.

Dirk Nowitzki y sus problemas con el micrófono en rueda de prensa https://t.co/bAsKAsAXeE — Manuel de la Torre (@manueltorresanz) abril 19, 2015

Al margen del ya mencionado empujón de los de Carlisle en el segundo perido, el encuentro no tuvo mayor historia. Houston salió como un cohete (nunca mejor dicho) de inicio. Con Dwight Howard imponiendo su ley en ambos aros y Jason Terry anotando como en los viejos tiempos, abrieron la primera brecha importante en el marcador (19-6) poco antes de llegar al ecuador del primer cuarto. Lejos de relajarse, continuaron sacando partido de su alto ritmo para obtener la máxima renta de la noche (32-17) en el minuto 11.

Pero entonces, emergió la figura de un Rajon Rondo que regresaba a las eliminatorias por el anillo por primera vez desde 2012. El base se sintió cómodo y con 11 puntos ayudó a despertar a los suyos. Nowitzki (que con 24 tantos fue el mejor de los visitantes) empezó entonces a ver aro con fluidez y Tyson Chandler (11-18) sacó provechó de los problemas de faltas de Howard para tomar el control de la zona. Así, Dallas llegó a tomar la iniciativa (50-53) con un parcial 18-36.

Parecía que tras el descanso viviríamos un duelo igualado, con dos equipos luchando de poder a poder. No fue así. Entre un Terry (16) que le ganó la partida a Chandler Parsons en el duelo de los ex y un nuevo acelerón comandado por Harden (de nuevo volvió a escuchar desde la grada eso de "MVP, MVP"), Houston volvió a recuperar el mando. No llegaron a romper el partido, aunque la victoria tampoco peligró. Corey Brewer se encargó de que así fuera aportando 13 de sus 15 tantos en el último cuarto. Demasiada artillería para unos Mavericks que fueron a tirones y que dependieron en exceso de la inspiración de Nowitzki ante la irregular noche de Monta Ellis. Todo lo contrario que su rival: Trevor Ariza, Terrence Jones y Josh Smith fueron una ayuda constante e hicieron que apenas se echase en falta al castigado Howard (11-5 y 5 tapones para él en poco más 17 minutos de acción). Los Mavs se centraron en exceso en frenar a The Beard (la Barba), se olvidaron del resto y lo acabaron pagando. "Eso significa que todo el mundo está involucrado. No pueden parar a solo un jugador", analizó el propio Harden. Así que el guión estaba escrito, los Rockets se llevaron el primer asalto de la batalla texana.