CHICAGO BULLS - MILWAUKEE BUCKS
Los Bulls de Pau Gasol y Mirotic, ante la barrera de los Playoffs
En la era Thibodeau Chicago no ha podido con la postemporada, pero ahora llega reforzado ante unos Bucks que han pasado de la ignominia al éxito en un año.
Tiempo de Playoffs, tiempo para los Chicago Bulls de demostrar de qué pasta están hechos. Y es que en la era Thibodeau (desde la temporada 2010-11) el equipo de Illinois no ha sabido trasladar todas sus fortalezas a la postemporada. Ni siquiera en los años en los que dispuso de la totalidad de su plantilla en buenas condiciones. Dio guerra, pero siempre le faltó algo más. Este vez las cosas pueden cambiar. Porque llega al completo, con su jugador franquicia, Derrick Rose, recuperado y con el plus de inteligencia europea que le han dado las incorporaciones de Pau Gasol y Nikola Mirotic. Con el pívot español —líder de la Liga en dobles-dobles (54)— completando una de las mejores campañas de su carrera, los Bulls han ganado puntos, rebotes, experiencia y espíritu ganador. Dos anillos adornan su vitrina de trofeos y a sus 34 años quiere más. Y ojo, ante Milwaukee Pau logró su tope de anotación en la NBA (46 puntos) y en el global de los duelos directos ha dominado sin problemas bajo tableros (13,2 rebotes por cita).
Mirotic, por su parte, ha sido el tapón que ha evitado que se le fuera a Chicago la temporada por el desagüe en los peores momentos, con las lesiones de Rose, Gibson, Bulter, Dunleavy y Noah. El hispano-montenegrino dio un paso adelante y no parece que vaya a arrugarse ahora en los Playoffs, un sistema de eliminatorias a cara o cruz que ya disputó en múltiples ocasiones en Europa con el Real Madrid. Alguno pensará que no es lo mismo, pero el nivel de responsabilidad y de presión del Viejo Continente no difiere mucho y en ocasiones supera al de la mejor liga del mundo. Las debilidades de los Bulls: su porcentaje de tiros de campo está por debajo de la media (44,2) y la defensa ha empeorado —sólo 6,2 recuperaciones y 97,8 puntos encajados por partido, cuando el año pasado fueron el equipo que menos permitía con (91,8)—. En esto último han tenido mucho que ver esas bajas que hubo durante la liga regular. Por el contrario, en ataque han evolucionado de los 93,1 tantos por encuentro de la pasada campaña a los 100,8 de esta, y son el tercer mejor equipo en rebotes (45,7).
Enfrente estarán unos Bucks que han pasado de hacer el peor récord de la Liga el año pasado (15-67) a entrar de nuevo en playoffs con 41 victorias y 41 derrotas. La llegada de Jason Kidd al banquillo ha revitalizado a un equipo mezcla de juventud (Antetokoumpo, Middleton…) y veteranía (Pachulia, Dudley, Ilyasova, Mayo…) que cambió en febrero con la llegada de Michael Carter-Williams en lugar del lesionado Brandon Knight y que será un hueso duro de roer para Chicago por su defensa. Milwaukee tiene el segundo mejor ratio defensivo de toda la NBA (el número de puntos que permite por cada 100 posesiones): 99, 3 por los 98,2 del líder, Golden State Warriors. Y es el mejor conjunto en robos (9,6). Esa será su gran fuerza ante estos Bulls mejorados en ataque. Lo negativo, el rebote (42,1) y las pérdidas, categoría en la que son los segundos peores (16,7) detrás solo de los Sixers (17,7). El pronóstico, 4-1 o 4-2 para los Bulls si nada (¿Rose?) se les tuerce.