Davis hace que los Pelicans puedan luchar hasta el final

Anthony Davis tuvo que multiplicar sus esfuerzos en Minneápolis para mantener hasta el último día el pulso de los Pelicans con los Thunder por un puesto en los Playoffs. La victoria ante los Wolves (88-100) no hubiera sido posible para New Orleans sin los numerazos de su estrella: 24 puntos, 11 rebotes, 5 asistencias y 6 tapones. Y con ella, el equipo del estado de Luisiana depende de sí mismo para estar en la postemporada, aunque no lo tiene nada fácil: debe ganar a los Spurs, que se juegan el segundo puesto del Oeste, en su pista. Si lo hace, pase lo que pase jugará las eliminatorias. Pero si pierde, necesita que también lo haga Oklahoma, que juega el miércoles precisamente en Minneápolis.

Davis no estuvo solo a la hora de asumir la responsabilidad en ataque, le acompañaron, y muy bien, Tyreke Evans y Eric Gordon, ambos con 22 puntos. En los Wolves, huérfanos desde hace tiempo de Ricky Rubio, operado ayer de la rodilla izquierda ("Otro reto. Y no tengo duda de que volveré más fuerte que nunca", posteó el base en Twitter), destacó de nuevo Zach LaVine (24 tantos y 7 asistencias). Un parcial de 22-9 en el segundo cuarto lanzó a New Orleans, que ya no cedió el mando hasta el final, conteniendo los acercamientos de Minnesota. Con la victoria de los Knicks ante los Hawks, los Wolves son ya sin remedio el peor equipo de la NBA con un pésimo récord: 16-65.