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LOS ANGELES LAKERS

Nicholson se baja del barco: vende su abono en el Staples

Según TMZ, el actor estaría cansado de acudir al Staples Center a ver a los Lakers. Es el famoso más carismático y reconocible de la franquicia de oro y púrpura.

Jack Nicholson.
AFP

Jack Nicholson estaría planteándose muy seriamente dejar de asistir al Staples Center y vender su abono de Los Angeles Lakers, según revela TMZ. El actor estaría ya cansado de la situación de un equipo que marcha penúltimo en la Conferencia Oeste con sólo 13 victorias en 54 partidos. La mala imagen angelina, más centrada en conseguir un buen puesto en el próximo draft de la NBA que en luchar por cotas mayores, no parece que vaya a mejorar la próxima temporada y eso ha acabado, al parecer, con la paciencia del reputado actor. Con un equipo en reconstrucción y una estrella, Kobe Bryant, lesionada y con un pie y medio fuera de las canchas, Nicholson ha dicho basta y se deshará de uno de los 124 abonos a pie de pista del Staples con un coste de 110.000 dólares anuales.

El ganador de tres Óscars es la cara más conocida y reconocible de las que acuden al 1111 de South Figueroa Street. Y una de las más longevas. Lleva adquiriendo su abono desde la década de los 70 del pasado siglo, más o menos coincidiendo con la llegada de Jerry Buss, el propietario que guio a los Lakers a sus años más gloriosos. Con Buss padre, la imagen de la franquicia cambió. Los años del Showtime fueron la clave para reflotar una nave que había encallado con sus cinco títulos del pasado (seis si contamos con el conquistado en la ABA). Desde su aterrizaje, el equipo logró 10 anillos más, situándose a uno sólo de los 17 de su eterno rival, los Boston Celtics.

Durante esa etapa, las entradas y abonos del Staples subieron como la espuma. Se pasó de 15 dólares por una entrada a pie de pista a los 2.500-2.700 que cuestan ahora mismo, con unos abonos, los más baratos a 1.500 dólares y entradas que pueden oscilar entre los 45 (último nivel del pabellón) a los 330 (lo más cercano a la pista sin estar al lado de los jugadores) como en el próximo partido ante los Celtics. Precisamente ante el equipo de Massachusetts se alcanzaron precios desorbitados en la reventa: 81.000 por una entrada para el séptimo partido de las Finales de 2010. El último anillo de oro y púrpura hasta la fecha.

Poseer un abono en propiedad para ver a los Lakers es una misión suicida. Existe una lista de espera de casi una década, convirtiéndose en una reliquia familiar, que pasa de generación en generación. Eso sí, antes de poder adquirir uno de esos cotizados abonos, el demandante deberá ingresar 100 dólares como señal. Toda una odisea para poder ver a las estrellas de la NBA o sentarse junto a estrellas como Denzel Washington y Mark Wahlberg.

A pesar de estas dificultades y de los precios, los de oro y púrpura han llenado su pabellón, con capacidad para 20.000 personas, durante ocho años consecutivos en todos y cada uno de los encuentros que han disputado en casa, hasta esta campaña cuando se volvieron a ver algunas butacas libres debido, principalmente, al mal deportivo que acusa el equipo. Esta capacidad de atracción da los Lakers unos ingresos por venta de entradas de 300 millones.