Los 46 de Pau... y los 42 de Kareem
En un hilo mágico de días de vino y rosas absolutamente 'dulces', Pau Gasol ha firmado 46 puntos, la mejor anotación de su carrera en la NBA... cuando ya está más cerca de los 35 años que de los 34. El mismo Pau ha expresado públicamente sus recelos sobre la posibilidad de igualar una anotación semejante: los años no pasan en balde. Es el efecto de lo que en la NBA acostumbran a llamar (con Kobe Bryant a la cabeza) el 'Father Time', el 'Padre Tiempo'. Así debería de ser: aunque hubo una excepción sobre todas a los designios de 'Father Time', una gloriosa excepción (aunque al fin, claro, hubo de capitular) en la que Pau quizá podría mirarse y que ahora conviene recordar: Kareem Abdul-Jabbar, el máximo anotador en toda la historia de la NBA, con 38.387 puntos estampados entre Milwaukee Bucks y Los Ángeles Lakers a través de una presencia en la Liga que se extendió prácticamente durante tres décadas: desde 1969 a 1989.
Nacido en Brooklyn, Nueva York, el 16-4-1947 como Lewis Ferdinand Alcindor, Kareem registró buena parte de sus cifras y logros más brillantes a partir de los 30 años. Incluso después de los 35: en 1985, cuando los Lakers se proclamaron campeones por primera (y última) vez en el Boston Garden, Abdul-Jabbar fue designado MVP de esas NBA Finals... con 38 años cumplidos, después de 'shows' tan alucinantes como los 30 puntos del segundo partido, el que valió el 1-1 para los Lakers tras la masacre inicial del 'Memorial Day', 148-114 para los Celtics. En las Finales de 1980, con 33 años (y con el tobillo roto en pleno juego), Jabbar descargaba una actuación bestial sobre los Sixers del Doctor J en el quinto partido de esas Finales: 40 puntos que avanzaron el escenario para el mágico drama del sexto partido en Filadelfia donde, ya sin Kareem en la pista del hoy demolido Spectrum, se coronó Magic Johnson: 42 puntos en un día histórico, con Magic operando al pívot para el primer título para los Lakers de Johnson y del 'showtime'.
Abdul-Jabbar vio ese sexto 'mágico' partido por televisión desde la cama del hospital de Los Ángeles donde le habían operado del tobillo roto. Aunque se alegró mucho por Magic, no recibir el Premio MVP de esas finales de 1980 fue siempre una de las grandes frustraciones en la vida de Kareem, que vio ahí una conspiración periodística contra él... con raíces en su propia introversión. El pasado diciembre, cuando Kobe Bryant adelantó a Michael Jordan en el tercer lugar de los anotadores históricos, fue Byron Scott, actual entrenador de los Lakers y compañero (durante seis temporadas) de Kareem en los mejores años del 'showtime', quien hizo un excelente análisis en profundidad sobre la longevidad de aquel Kareem a quien ellos llamaron 'Captain', 'Cap', en el vestuario de los grandes Lakers de los 80..
"El récord de anotación de Kareem va a durar un buen rato. No creo que en nuestras vidas vayamos a verlo batido. Va ser muy duro que alguien lo bata: el que fuera tendría que jugar 20 o más años para hacer eso", examinó Scott. Por ejemplo, para llegar hasta ahí, Kobe Bryant tendría que promediar... 43,3 puntos en los partidos que le quedan en esta temporada y todos los 82 de la 2015-16. Kareem contabilizó seis anillos (el primero, con los Bucks de Oscar Robertson) y promedió 24,6 puntos en 1.560 partidos durante sus 20 temporadas redondas. Solo en dos temporadas jugó menos de 74 partidos. En su penúltima actuación en la Liga, el tercer turno de las finales de 1989 ante los Pistons, el 11 de junio de 1989, Kareem tenía 42 años y casi dos meses cumplidos. Pero ese día anotó 24 puntos y atrapó 13 rebotes dentro del estanque de cocodrilos que era la defensa de los Pistons 'Bad Boys', los Pistons campeones. "Estoy seguro de que Cap Kareem os contaría lo que hiciera falta sobre lo que hacía con sus regímenes, yoga y artes marciales. Todas esas cosas e incluso la meditación, le mantenían flexible. Era una locura de atleta, el modo en que podía correr con 2,18 de altura, sobre todo cuando era joven. Era enjuto como un alambre, flexible. Era increíble. Muchos tienden a olvidar esas cosas cuando hablan de lo que hizo nuestro 'Cap", reflexionaba Scott, quien ahí olvidaba, por ejemplo, cómo Kareem (que combatió como un gigante karateka con su amigo Bruce Lee en la película 'Juego con la Muerte')... recibió durante un ciclo completo, y nada menos que en UCLA, las enseñanzas específicas de John Wooden: quizá, el mejor entrenador de todos los tiempos. Como mínimo, el más laureado en la NCAA. Entre los sicomoros de UCLA, en el Pauley Pavillion del 'campus' de Westwood, Wooden perfeccionó a Lewis/Kareem 'the ultimate weapon', el arma definitiva que edificó una leyenda en la NBA: el 'Skyhook', el Gancho del Cielo, Con izquierda y derecha. Curiosidad adicional: algo que relajaba mucho antes de los partidos al intelectual Kareem (salvado de ir a Vietnam sólo por los 2,18) era... la lectura de libros y/o periódicos. Todo era como un ritual. Qué tiempos.
"Ver jugar a Kareem, solo contemplarle, era un disfrute para la vista. Es el deportista más bellamente construido de los que yo puedo recordar", recuerda el propio mago, Earvin 'Magic' Johnson. Se preguntaba Pat Riley, entrenador de Kareem y de los Lakers entre 1981 y 1990: "¿Por qué hay que seguirle juzgando? Cuando un hombre ha batido los récords y ganado los Campeonatos que Kareem ha hecho, soportando las tremendas críticas que él recibió, ¿por qué juzgarle más? Lo que queda es alabarle como el mejor jugador de todos los tiempos". Tras aparecer en 25 portadas de 'Sports Illustrated', cuando fue a empezar la temporada 1989-90, la primera en 20 años en la que no iba a jugar en la NBA, alguien preguntó a Kareem, presente en el partido inicial de los Lakers de aquella 89-90... "¿No echa de menos poder enfrentarse directamente a alguien como David Robinson?" Harto de divagaciones y de miles de millas en avión ("viajes a las minas de sal..."), Abdul-Jabbar, al fin un chico formado en UCLA y el Nueva York de los años 50 y 60, replicó así al preguntón: "Vamos a dejar que sean otros los que se las arreglen con Robinson. Es su turno, ya les toca a ellos".
¿Puede compararse Pau Gasol con Kareem Abdul-Jabbar? ¿Puede siquiera acercarse a semejantes cotas de grandeza? Pau, el mejor jugador español de todos los tiempos, el autor privilegiado de las mayores y mejores líneas históricas en el baloncesto español, cumplirá contrato en Chicago ya al borde los 37 años. En ese baloncesto práctico y elegante a la vez que distingue a Pau Gasol (Kareem siempre ha elogiado de Pau sus fundamentos y capacidad para juego colectivo, para hacer mejor al equipo)... aún sigue acompañando ese físico longilíneo, que era casi filiforme cuando llegó a la NBA, en el lejano 2001. Permanecen la altura, los fundamentos y la soltura que hacen a Pau tan móvil, tan grácil en alguien de aproximadamente 215 centímetros de talla. Esas palabras que escoltaban a Kareem, 'movilidad, 'gracilidad', elegancia', también pueden reconocerse en un Pau al que la experiencia mejora por días, como la solera a las buenas cosechas. Aunque para tirar esos ganchos del cielo, ya habría que hablar un poco con Dios: o con el viejo Johnny Wooden, que también anda por ahí arriba...