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Pau Gasol, el último hombre recuperado por Thibodeau

El técnico de los Chicago Bulls tiene un don especial para que sus hombres vuelvan a sentirse importantes. El internacional español es uno de ellos, pero hay más.

Tom Thibodeau junto a Pau Gasol, el día de la presentación de éste último como jugador de los Chicago Bulls.
USA Today Sports

Pau Gasol realizó ante los Milwaukee Bucks su mejor partido en anotación en las 14 temporadas que lleva en la NBA. El internacional español logró 46 puntos, dejando en la cuneta los 44 que alcanzó ante Seattle Supersonics el 8 de marzo de 2006, cuando vestía aún los colores de Memphis Grizzlies. Su encuentro subrayó su buen momento desde que llegó a los Chicago Bulls esta temporada, después de seis campañas y media en Los Angeles Lakers, donde en los últimos años luchó contra demasiadas críticas, tras haber sido capital en la conquista de dos anillos.

Desde su aterrizaje en Illinois, Pau parece otro. Sus números, en estos momentos, se equiparan a los de sus mejores años en la franquicia angelina. Su media es de 18,7puntos y 11,3 rebotes. Con el uniforme oro y púrpura sus máximos fueron 18,9 tantos (2008-09) y 11,3 capturas (2009-10), en ambos casos el equipo acabó campeón.

Algo ha cambiado en este Pau Gasol que parece estar viviendo con 34 años una segunda juventud. ¿Cuáles es el motivo? “El equipo, la calidad de los compañeros, el sistema al igual que estar de nuevo en una situación llena de expectativas, tener nuevos retos. Además, físicamente me encuentro bien y eso ayuda mucho al rendimiento”, en palabras del ala-pívot catalán, que también resalta “la confianzade Tom Thibodeau, uno de los grandes técnicos de la NBA, artífice de la defensa que llevó a los Boston Celtics de Doc Rivers a sus dos últimas finales (2008 y 2010). “Es un entrenador muy exigente, centrado en su trabajo y que pone mucha pasión a lo que hace. Se trata de una persona muy metódica y tiene tanta hambre de ganar como nosotros, que es lo más importante en un entrenador”, manifestó el de Sant Boi a CSNChicago sobre el hombre que ha situado a los Bulls entre las cinco franquicias que menos puntos reciben por cada 100 posesiones en las últimas cuatro temporadas.

Aún sin anillo, Thibs ha encontrado la clave para tener opciones de asaltar ese trono que tanto se le resiste como primer entrenador: dar confianza a sus jugadores, recuperarlos para la causa. Porque Pau Gasol no es el único que se ha beneficiado de ese don especial para tratar a los suyos que tiene el de Connecticut. Dos de los jugadores que le deben su resurrección en la Liga son D.J.Augustin y Aaron Brooks.

El primero vio su carrera peligrar la pasada temporada. Sin equipo, tras salir por la puerta de atrás de Indiana Pacers y de Toronto Raptors, con los que sólo duró 10 partidos, Thibodeau le reclutó para cubrir la baja de Derrick Rose y cumplió a la perfección. “Nos ha salvado la temporada”, manifestó Thibs. Aunque al echar flores, la cantidad aumenta de forma exponencial si contesta el base drafteado por Charlotte Hornets (Bobcats en esos momentos) en 2008: “(Thibodeau) me ha dado la oportunidad de jugar y de ser mejor. Me devolvió el amor por el juego. De alguna manera, dependiendo del tiempo y las diferentes situaciones, pierdes un poco eso a lo largo de los años en la NBA. Le debo mucho”.

Y no es para menos. En los 61 partidos bajo sus órdenes en Liga Regular, Augustin jugó (30,4 minutos en comparación a los 24,7 de media en su carrera), anotó (14,9 puntos por 10,1) y reboteó (2,1 capturas por 1,8) más, además de lanzar de dos (43,3% por 42,3%) y de tres (41,1% por 37,1%), mucho mejor que en el pasado.

Augustin, recuperado para el baloncesto de primer nivel, se encuentra ahora en Detroit Pistons y su puesto como base en las rotaciones lo ha ocupado otra bala perdida de la Liga: Aaron Brooks. El jugador de 29 años es un auténtico microondas cuando entra en pista. Un anotador de raza que tras su leve recuperación en Denver Nuggets, ahora recuerda más al de sus inicios en Houston Rockets que al que pasó sin pena ni gloria por Phoenix Suns y Sacramento Kings.

Llegué aquí con una carencia de confianza enorme. Incluso dudaba de mí mismo. Pero (Thibodeau) me dijo: ‘¿Sabes qué? Te he visto jugar, lo has estado haciendo bien y sólo necesitas seguir trabajando duro’. Fue un respiro para mí. Cuando tienes a un entrenador que trabaja así contigo, en lugar de contra ti, te da mucha confianza para salir ahí fuera y jugar duro”, comentó Brooks en declaraciones recogidas por el Chicago Tribune y traducidas por Basket4us. Tres jugadores, tres ejemplos. El método Thibs funciona, eso está claro.