SEVILLA 61 - GIPZUKOA 76

Dean y Díez destrozan la moral del Baloncesto Sevilla

Porzingis fue el mejor de los locales con 16 puntos ante un Gipuzkoa superior. San Pablo pidió la dimisión del director general del equipo, José Luis Galilea.

Sevilla

El Gipuzkoa Basket se impuso en San Pablo con claridad por 61-76 en un partido que acrecienta las dudas del Sevilla, que suma su sexta derrota consecutiva y se hunde en la tabla del campeonato liguero. Dean y Díez se bastaron para explotar las deficiencias del cuadro de Scott Roth, tan perdido como de costumbre en sus decisiones.

Hoy tocaba mando de Norris. Pero este Sevilla no funciona sea quien sea el que toma la voz desde el banquillo. Urtasun fue el único que asumió responsabilidad en el arranque y Dean apareció pronto para hacer daño desde cualquier lado de la pista. El 17-28 fue un fiel reflejo de lo existente. Los locales siempre estuvieron lejos del nivel de un Gipuzkoa muy sólido.

Apareció más Porzingis, pero su liderazgo siempre es subjetivo. Sin Hernangómez ayudando bajo el aro, este equipo está de lo que demostró ante Barcelona o en algún duelo de la Eurocopa. Iarochevitch entró en escena y sus puntos machacaron a los locales. El descanso llegó entre pitos y dudas. San Pablo pidió la dimisión de José Luis Galilea, uno de los gestores de un proyecto que se tambalea.

La segunda parte tenía poca historia. El Sevilla nunca soñó con la remontada y el Gipuzkoa seguía siendo consistente en su juego. Berni tiró de orgullo y Urtasun se metió en la película, pero era demasiado tarde. Doblas también llevó la batuta del juego de los visitantes y arruinó la esperanza de San Pablo. Dean seguía disparando misiles y Hanley remataba el duelo con apariciones de brillo.

Los locales ganaron el último parcial. Creer era imposible, pero el marcador quedó maquillado con un 22-16 que no supuso sino la decoración local de una fiesta visitante total. Roth mira al suelo y San Pablo grita pidiendo más realidad en el sueño de sobrevivir. Porzingis no bastó sobre la pista. Quizás las intenciones tampoco basten fuera de la misma. La única sonrisa la dibujó un Gipuzkoa que hizo más daño a la moral de un equipo roto.

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