Steve Kerr: mejor inicio de un técnico novato en la NBA

Con la victoria de los Golden State Warriors sobre los Houston Rockets (105-93), Steve Kerr ha logrado el mejor arranque de un entrenador novato en la historia de la NBA. El exjugador de Cavaliers, Bulls y Spurs, entre otros, suma ya un balance de 19 victorias y 2 derrotas, superando el 18-2 de Al Cervi con los Syracuse Nationals en la temporada 1949-1950. Recordemos que Kerr rechazó entrenar a los New York Knicks, cuyo presidente, Phil Jackson, fue su entrenador durante la época en Chicago, para firmar por la franquicia de Oakland a razón de 25 millones de dólares por cinco temporadas.

Los Warriors son el mejor equipo de la NBA y lo demostraron una vez ante unos Rockets que volvieron a tener las bajas de Dwight Howard y Terrence Jones. A pesar de ello, la franquicia de Texas está rindiendo a gran nivel y se mantiene en la pelea por las primeras posiciones del Oeste. Todo esto en gran medida gracias a las fantásticas actuaciones de James Harden: 34 puntos, 4 asistencias y 8 rebotes esta noche. Insuficientes para ganar, pero el ex de los Thunder sigue dando razones para estar en la lucha por el MVP.

Al otro lado de la pista, Stephen Curry y Klay Thompson volvieron a liderar el ataque de los Warriors, que no pudieron contar con David Lee y Andrew Bogut. Así pues, con los dos hombres interiores de cada equipo ausentes, el partido nos dejó un duelo entre Donatas Motiejunas y Tarik Black (Rockets) y Draymond Green y Festus Ezeli (Warriors). Houston aguantó poco, eso sí, y acabó jugando un 'small-ball' con el ala-pívot lituano como hombre grande, algo a lo que ya se han acostumbrado con Howard fuera del equipo. 

El partido se decidió en un último cuarto colosal de Golden State. Llegaron igualados (73-76) a los últimos doce minutos pero varios errores en el ataque de los Rockets propiciados por la gran defensa de los Warriors dieron la vuelta al marcador. De un 89-89 a un 100-89 casi definitivo a dos minutos del final. En este tiempo, puntos de Draymond Green, Harrison Barnes, Curry y un gran Klay Thompson. Un equipo.