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NEPTUNAS 94 - VALENCIA 87

Neptunas y los árbitros ponen al Valencia contra las cuerdas

Los de Perasovic cierran la primera vuelta con sólo un triunfo (ante el Baskonia) tras perder ante el Neptunas Klaipeda, la cenicienta de su grupo.

Sam Van Rossom.
Sam Van Rossom.VALDA KALNINAEFE
EUROLEAGUE

Por si todavía no se han enterado: esto es la Euroliga. Valencia Basket acaba la primera vuelta de la regular season con un balance de 1-4. Y el próximo jueves visitan la pista de Olympiacos. El margen de error se ha esfumado. No es que los taronja contaran con ganar en la pista del Neptunas Klaipeda, pero si había una fecha marcada en rojo para ganar fuera de La Fonteta, esa era esta. Pero en esta competición nadie regala nada. Pera vencer en la máxima competición continental, sobre todo fuera de casa, tienes que ser muy superior al rival. Y Valencia no lo fue. Y si encima los árbitros en los momentos cruciales barren para casa, la derrota es un hecho. Los lituanos demostraron ser un equipo difícil, un grupo coral en que todos hacen de todo. Y lo que más le gusta es meter de tres en tres. Su líder fue Gailius pero hasta seis lituanos anotaron desde el 6,25. 

Valencia salió con la caraja que ya se está haciendo habitual en Europa. Pronto, Neptunas fue cogiendo ventajas (13-3) y Perasovic tiró de Sato y Lucic para espolear su defensa, algo que cortó la hemorragia. Pero nunca estuvo cómoda la defensa del Valencia Basket con el estilo de juego alegre y algo heterodoxo de un Neptunas que se mostraba lúcido en el tiro. Siempre un pase de más cuando Valencia apretaba en defensa. Siempre un triple clave que impedía acercarse a los taronja y caía como una losa en las huestes de Perasovic. En ataque, Dubljevic y Pau Ribas tiraban del carro para que el partido no se cerrara antes del descanso. A cuatro puntos fue lo máximo que se acercó el Valencia (34-30) pero Zavackas y Butkevicius dieron otro tirón para irse con una ventaja holgada a los vestuarios (53-42).

53 puntos en dos cuartos era demasiado. Así se lo hizo saber Perasovic a sus jugadores en el descanso que salieron algo más enchufados con un parcial de 0-6. Pero duró poco la efusividad de la defensa naranja. Un palmeo de Sato dejó a Valencia con opciones para el último cuarto (71-63). Pero había que dar el do de pecho en defensa. Y por momentos pareció que sería posible. A los lituanos empezó a encogérseles la mano y Pau Ribas tiró de galones para dejar a tiro la remontada. Pero Valencia falló en momentos clave. Una antideportiva a Lucic pudo ser el punto de inflexión pero Valencia apenas sumó dos puntos de esa acción de dos tiros más posesión. A continuación, los árbitros interpretaron flopping de Lucic cuando el serbio había recibido un cabezazo en toda regla. Esa técnica acabó de matar a Valencia, que aún lo intentó a la desesperada pero falló en los momentos de volver a reengancharse en el partido.