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GUÍA AS NBA 2014-15

Denver Nuggets: baloncesto divertido por encima de todo

La franquicia de Colorado ha recuperado a todos los lesionados que tuvo el año pasado. Lawson volverá a ser la guía de un equipo sin superestrella.

Madrid
Ty Lawson, Kenneth Faried y Nate Robinson.
NBA

Puesto 2013-14: 11º con un balance de 29-53 en la Conferencia Oeste.

Previsión 2014-15: 11º del Oeste.

Calendario 2014-15.

Quinteto titular: Ty Lawson, Arron Afflalo, Danilo Gallinari, Kenneth Faried y J. J. Hickson.

Principales suplentes: Nate Robinson, Randy Foye, Wilson Chandler, Timofey Mozgov y JaVale McGee. (Plantilla completa).

Estrella: Ty Lawson.

El base perfecto. Así es Ty Lawson (26 años y 1,80), el principio y el fin de un equipo ausente de una superestrella desde la marcha de Carmelo a los New York Knicks. Lawson ha comandado las huestes de Colorado desde ese día con su facilidad para penetrar y dirigir al equipo en los momentos decisivos. La temporada pasada fue el máximo anotador del equipo (17,6 puntos) y asistente (8,8).

CLAVES

Solidaridad: Denver no requiere de un hombre que destaque por encima del resto. Los cinco hombres que están en el campo rinden al máximo, confiando en que sus compañeros taparán sus deficiencias y los errores que cometan.

Vueltas: la plaga de lesiones del año pasado fue un drama. Si no hay contratiempos, la plantilla de los Nuggets puede poner en peligro a cualquiera.

Sin complejos: la sombra de George Karl es alargada, pero no eterna. Es la segunda temporada sin él, y Shaw, el actual técnico, no siente ya la presión de ocupar el hueco del mejor entrenador de la NBA en la temporada 2012-13.

ANÁLISIS

"Hubo unas cuantas lesiones y fue duro. Hubo que reestructurar el equipo para ver quién jugaba en cada posición. Unos volvían y otros se lesionaban de repente, y eso hizo que la temporada fuera complicada". Kenneth Faried, medalla de oro en la pasada Copa del Mundo, definió de esta manera la temporada pasada de los Nuggets, la franquicia que afronta el segundo año post-George Karl con Brian Shaw a los mandos de una máquina de baloncesto espectacular que se vio destrozada por las lesiones del año pasado.

Ahora, con la vuelta en plenitud de sus principales espadas como Ty Lawson, Gallinari, J.J. Hickson, Nate Robinson y JaVale McGee, el camino parece despejado, pero no liso. Eso es imposible en la Conferencia Oeste, donde existen al menos 11 equipos superiores a ellos en teoría, pero el año pasado se pensaba lo mismo de los Suns y estuvieron a un paso de los Playoffs.

El retorno de Gallinari es la mejor noticia para la franquicia de Colorado. Después de 18 meses, el italiano volvió a disputar un encuentro el pasado 11 de noviembre. "Espero estar al nivel de antes de la lesión", dijo en una entrevista. Y sus 17 puntos en 15 minutos ante los Suns atestiguan que así ha sido.

La recuperación de los ¡cinco! hombres arriba mencionados, que podrían formar sin problemas el cinco inicial cualquier noche, traen consigo la idea del baloncesto del ya ausente Karl y que tanto gusta en Estados Unidos: rapidez, vuelos, verticalidad... nada de freno en ataques locos, que normalmente acaban con balones en el aire hundidos por la fuerza de unos pívots comandados por Faried, penetraciones veloces de sus hombres más pequeños con Lawson dirigiendo y lanzamientos desde el perímetro con Gallinari y el hijo pródigo, Afflalo (se marchó de Denver dentro del multitraspaso de Howard a los Lakers en 2012) guiando.

Un estilo juego animado que sigue el precepto del hombre en el que se ve reflejado Faried: Dennis Rodman. "Siempre jugaba como si ese fuera a ser su último partido, trasmitía siempre esa energía al resto". Definición perfecta de lo que era el Gusano y de lo que es la presencia de los Nuggets en una cancha, un ritmo que no gusta en el Este, que se disfruta en el Oeste, pero que nadie en EE. UU. está dispuesto a asumir.

La falta de una estrella consagrada y el tipo de jugadores de los Nuggets permite esa locura de partidos de ida y vuelta, donde la palabra transición ordenada sólo se puede utilizar cuando los jugadores dejan la cancha para coger los vestuarios. El resto de franquicias, o el 90% de ellas, se apoyan en uno o dos hombres claves, por el que debe transitar el ataque de forma autoritaria. Denver es el caos ordenado por excelencia, la otra cara de la moneda del movimiento milimétrico de los San Antonio Spurs. Dos estilos que chocan en el universo del baloncesto estadounidense, que a pesar de sus diferencias, hacen disfrutar por igual.